A propósito del crimen de Pozuelo: Con la presunción de inocencia en juego, habría que distinguir homicidio de asesinato y agravante de género de atenuante por enfermedad mental
Estimado director:
En primer lugar, quiero felicitar a don Juan Manuel Sánchez por el artículo que publicó el periódico que usted dirige la semana pasada sobre la ‘Muerte en Pozuelo’ y el morbo que produce en esta “rica” ciudad cualquier tipo de asesinato, lo que no deja de ser una carga a esa maldita fama que nos han impuesto las estadísticas y que el propio Gobierno de Pozuelo fomenta de manera estúpida.
Ver al concejal Melgarejo presumir de ello en un Pleno sin sonrojo me parece, como poco, lamentable. Se nota que es murciano y está aquí de paso.
Pero si esa referencia al morbo que produce la muerte en esta ciudad me pareció que tuvo su cenit, en el caso del chalet de Somosaguas (nada menos y que recordaba el asesinato de los Marqueses de Urquijo, en aquel verano de 1980) y que protagonizó, supuestamente, el marqués de Cirella Jorge Juliá Diez de Rivera, en el suceso de la semana pasada volvió a pasar.
En el homicidio de la semana pasada (y al menos los políticos y los periodistas deberían saber distinguir entre el homicidio y el asesinato) el autor de ese artículo de referencia estuvo mucho mejor aún cuando habló de esa batalla cultural que trata de imponer la izquierda en este tipo de crímenes: Todos son machistas, imponiendo su ideología de género…
Y eso que, tímidamente, el señor Sánchez hizo referencia a que el presunto homicida padece la enfermedad de alzheimer. Y digo tímidamente porque esa enfermedad es fundamental en el caso ya que todo aquel que sepa lo que esa dolencia produce en el ser humano, como poco, debería saber hasta qué punto afecta a la mente del ser humano y hablar de presunción en este caso.
No voy a discutir lo que haga el juez (creo que ya ha decretado prisión ya que la presión mediatica es muy fuerte) pero si defiendo con don Juan Manuel Sánchez que no debería ser, en ningún caso, la ‘Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género’ quien decidiese si un crimen es machista o no porque de hacerlo (como lo hace) está conculcando la presunción de inocencia (pilar básico de la democracia y bien que lo sabemos los que vivimos en tiempos de la dictadura) porque, además, tal y como está planteado el machismo actual es un agravante…
Y, señores, el machismo es un agravante pero el alzheimer, según estos señores, no parece un atenuante… Y lo es. Es de segundo de Derecho.
Termino para no cansarle y uniéndome a lo que también dice el autor del artículo cuando se refiere a que algo se debe estar haciendo mal en esta batalla contra los mal llamados “crímenes machistas” para erradicarlos dentro de la pareja ya que después de tantos acuerdos como se han firmado y tanto dinero como se está empleando en ello no hay ningún tipo de resultado.
Creo, de todos modos, que estamos hablando de otra cosa. Posiblemente, de política. Y, en ese caso, debería tolerarse el debate político, cosa que, está claro, no pertenece a lo políticamente correcto… No hay debate. Se da por hecho. Y eso no debería ser así. Si hemos perdido la posibilidad de debatir y de discrepar es que estamos perdiéndolo todo…
Incluso, cuestionando la democracia…
Aprovecho la ocasión, señor director, para felicitarle por permitir que El Correo de Pozuelo sea una tribuna de libertad.
Juan Pozuelo