Isabel Casamayor de Godin, La primera mujer que por amor recorrió el curso completo del río Amazonas desde los Andes peruanos hasta la desembocadura el océano Atlántico
La primera mujer que por amor recorrió el curso completo del río Amazonas. Separada de su marido, debido a su tesón, valor y amor, se reunió con él después de llevar separada años de su separación. Para ello tuvo que viajar todo curso del río Amazonas, desde los Andes peruanos hasta la desembocadura el océano Atlántico.
Isabel Casamayor y Pardo (de casada Casamayor de Godin), nació en Riobamba, en el Virreinato de Perú, en 1728. Hija de Pedro Casamayor (de origen francés y apellidado originalmente Granmesón) y de Josefa Pardo. Como hija de un alto cargo de la administración colonial, Isabel tuvo una buena educación y, dados los orígenes familiares, aprendió a hablar francés, además de quechua.
En 1741, con la edad de 13 años se casó con el cartógrafo y naturalista francés Jean-Baptiste Godin des Odonais de 28 años, nacido en Saint- Amand- Montrond. Jean era miembro de la Misión Geodésica Franco – Española desplazada al Virreinato de Perú para medir el grado del arco del Meridano, expedición enviada por la Academia de Ciencias de Paris para aclarar la figura de la Tierra y certificar que ésta era una esfera achatada por los polos. Le misión duró nueve años, desde 1735 a 1746.
Cuando acabo el trabajo de la Misión Geodésica, en 1743, la mayoría de los componentes franceses volvieron a su país, pero Jean-Baptiste decidió continuar en el Perú y se estableció con su familia en Riobamba.
Cuando otro de los componentes de la Misión, Charles -Marie de la Condamine organizó una expedición al Amazonas, Jean se ofreció a acompañarlo, pero Isabel estaba embarazada y decidió no incorporarse a ella.
Pero en 1749, y como consecuencias de la muerte del padre de Jean -Baptiste, su presencia en territorio francés era necesaria para resolver los temas relacionados con su herencia. Inicialmente, su plan era viajar por el río Amazonas con su familia hasta alcanzar el territorio francés en Cayena (Guayana Francesa) y desde allí viajar a la metrópolis, pero después de realizar todos los trámites necesarios para que a un ciudadano francés se le autorizase viajar por el territorio español y portugués, Isabel le comunicó que estaba embarazada, por lo que decidió viajar solo y esperar allí a que su esposa estuviera en condiciones de viajar.
Jean llegó a Cayena en abril de 1750, procediendo, a continuación, a gestionar los trámites para conseguir los permisos y pasaportes para que las autoridades portuguesas le autorizarían a ir en busca de su familia al Perú. Pero las autoridades españolas y portuguesas no concedieron las autorizaciones necesarias para cruzar sus territorios. Godin, no quería volver a Francia sin su familia, por lo que decidió permanecer en Cayena suplicando, insistentemente, las autorizaciones para regresar a Riobamba. Año tras año, Jean reclamaba los permisos sin que le fueran concedidos. Godin llegó a preparar un plan para que Francia conquistara Brasil, plan que llegó a enviar al Gobierno francés, solicitando, al tiempo, un pasaporte diplomático que le permitiera viajar sin problemas. Sus gestiones no reciben respuesta alguna
En estos trámites pasaron quince años en los cuales, salvo una comunicación en la que Isabel le anunciaba el nacimiento de su hija, ambos esposos no tuvieron noticias uno del otro.
Por fin, en 1765, por las intercesiones de La Condamine ante el Rey Portugués y del embajador francés ante la Corte portuguesa, se le autorizó a embarcar en un barco fletado por el Gobierno portugués con treinta remeros para remontar el río Amazonas y llevar a Godin hasta el primer establecimiento español donde pudiera recoger a su familia para trasladarla, a continuación, hasta Cayena.
Alegando enfermedad, Godin, que había escrito cartas en contra de los portugueses y había actuado como espía, no embarcó con destino al Perú. Envió a un hombre de su confianza, Tristán d´Oreasaval, con dinero, unas cartas de recomendación para los jesuitas de las misiones amazónicas y un aviso para que Isabel emprendiera viaje para reunirse con él.
Mientras tanto, Isabel permanecía en Perú sin noticias de su marido. Habían pasado casi 20 años desde la partida de Jean-Baptiste cuando le llegaron rumores de que había un barco portugués esperando en un lugar del rio Marañón, en la Laguna, para trasladarla a Cayena con su marido. Para entonces, Isabel había perdido a su hija debido a la viruela y a su madre.
Para confirmar la noticia, Isabel envió a un criado quien a su vuelta le anunció que la noticia era cierta, además de la buena nueva de que su marido estaba vivo y la estaba esperando.
En efecto, Tristán había llegado a Laguna en agosto de 1766, pero en lugar de enviar el dinero y las cartas a Isabel y cumplir el encargo que se le había confiado, destruyó las cartas y son el dinero se dedicó a comerciar por la zona.
Una vez certificada la noticia de la existencia del barco, casi cuatro añas después de la llegada de éste a la zona, en 1769, Isabel emprendió el camino desde Riobamba para reencontrase con su marido, acompañada de: dos de sus hermanos, un sobrino, algunos criados y un grupo de nativos para transportar los enseres y hacer de guías. Un camino de 3.000 millas a través de toda la cuenca del río Amazonas.
Partieron el día 1 de octubre de 1769, cruzaron los Andes y descendieron por el pueblo de Baños hasta la aldea de Canelos. Pretendía embarcar en este último lugar y seguir navegando el río Bobonanza a bajo hasta desembocar en el río Marañón.
La primera desgracia les asaltó a los 7 días de marcha cuando llegaron a Canelos (actualmente es un aparroquia del cantón de Pastaza, en la provincia de igual nombre) y lo encontraron vacío, los habitantes habían huido por miedo a la viruela que azotaba la zona. No solo no encontraron a nadie en el pueblo, los propios nativos que los acompañaban como porteadores y guías regresaron a Riobamba, dejando solos a Isabel y sus acompañantes.
Resueltos a seguir adelante, consiguieron que dos indios que habían regresado al pueblo les construyeran una canoa para poder navegar por los ríos Bobonanza y Pastaza hasta el próximo pueblo de Andoas (actualmente un pueblo peruano del distrito de su nombre, provincia de Datem del Marañón, departamento de Loreto) y de allí llegar al Marañón y alcanzar el Amazonas.
Después de tres días de navegación, los dos indios desertaron y los dejaron a su suerte. Intentan seguir adelante por el río, pero éste era difícil de navegar, la canoa vuelca y se rompe. Se encuentran lejos de Andoas y deciden avanzar a pie siguiendo el curso del río, buscando la unión del río Bobonanza con el Pastrana.
Después de unos días de marcha, decidieron establecer un campamento y enviar a uno de los sirvientes en canoa, río abajo, en busca de ayuda.
Después de esperar veinticinco días sin que la ayuda llegara, sabiendo que el río fluía por una zona con meandros y asaetados por los mosquitos, decidieron internarse en la selva atrochando, pero se desorientaron y perdieron en medio de la selva. El cansancio, la falta de víveres y agua los agotó, enfermaron y fueron muriendo uno tras otro, solo sobrevive Isabel.
Con extraordinaria fuerza de voluntad, Isabel se calza las botas de uno de sus hermanos fallecidos y empieza a caminar siguiendo el curso de un arroyo, alimentándose de lo que encontraba y sobreponiéndose a todo.
Diez días más tarde la encontraron unos indios vagando por la selva y la llevaron hasta sus chozas donde llegó medio desnuda y enferma. La trasladaron a Andoas donde se pasó dos meses entre la vida y la muerte. Su padre, enterado de que seguía viva, acudió a su lado.
Una vez recuperada, ambos localizaron el barco portugués que la estaba esperando, embarcaron en Laguna y siguieron los ríos Marañón y el Amazonas.
El día 22 de julio de 1770, Isabel y Jean se encontraron en Oyapock, en la frontera entre la Guayana Francesa y Brasil, después de veinte años separados.
Dos años más tardes, Isabel, Jean y el padre de ella, embarcaron con destino a Francia. Se establecieron en Saint- Amand- Montrond donde vivieron hasta su muerte. Don Pedro, el padre de Isabel, murió la llegar a Francia; Jean en marzo de 1792 e Isabel en septiembre del mismo año.
Isabel Casamayor de Godin fue la primera mujer que recorrió sola el curso del rio Amazonas hasta su desembocadura. La epopeya la llevó a cabo para reencontrase con su marido al que no veía desde hacía veinte años. Su carácter, determinación y fuerza le permitieron superar terribles experiencias en el camino, pero su amor y el deseo de encontrase con su esposo la ayudaron a superarlos.
Joaquin de la Santa Cinta, Autor de «50 héroes españoles olvidados»
Para saber más:
- Año VII, n.º 372. Biblioteca Digital Nacional de Brasil.
- Isabel Godin y su gran odisea de amor en el Amazonas. Moisés Pinchevsky. El Universo.
- Quito Colonial, siglo XVIII, comienzos del siglo XIX. Isaac J. Barrera. Biblioteca Nacional de Ecuador.
- Historia General de la República de Ecuador. Capitulo 3º. Biblioteca Cervantina.
- La criolla española que atravesó la Amazonía en solitario en el siglo XVIII. Jorge Álvarez. La Bruja Verde.
- Isabel Godin des Odonais, une femme au destin exceptionel lié a Saint- Amand. Le Berry Republicane.
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Internet