El padre Ángel muy cuestionado: Los vecinos de Chueca denuncian que la parroquia de San Antón de la calle Hortaleza se ha convertido en un albergue para camellos y delincuentes
Los vecinos de Chueca acusan al mediático padre Ángel de haber convertido la parroquia de San Antón en un foco de peleas, broncas, puñaladas, drogas e insalubridad y denuncian que no pueden más y están aterrados.
Esta iglesia de San Antón, situada en calle Hortaleza, está abierta las 24 horas del día para “acoger a los sin techo”, en palabras del párroco. Pero, denuncian los vecinos, la realidad es bien distinta.
El barrio, sacudido en los 80 por la heroína y los cientos de atracos de yonkis, vuelve a revivir su pasado más peligroso, según cuenta Libertad Digital: Lo que nunca pudieron imaginar sus vecinos es que el regreso del infierno en sus calles iba a venir de la mano de un sacerdote que rechaza escuchar sus súplicas y quejas. Solo hay que pasear por la zona para dar fe de la gravedad de la situación.
A medida que se acerca la madrugada, aquello se convierte en una película de terror, según relatan los vecinos. “He visto cuchilladas, gente esnifando cocaína en mi portal y no dejan de robarnos. Me han insultado cuando les he dicho que no defecaran delante de mi negocio y me han amenazado diciendo que iban a ir por mí y a por mis hijos. Son la mayoría marroquíes, negros, portugueses, de países del Este… Yo no soy racista, solo describo la realidad. ¿A qué iglesia va la policía cada dos por tres?”, lamenta Sergio, una de las víctimas de los ataques.
Esteban Benito, presidente de la Asociación de Vecinos de Chueca, niega que tengan aporofobia (rechazo al pobre), tal y como los acusa el padre Ángel: “No todos son pobres. Muchos son delincuentes, pequeños traficantes y adictos que utilizan la iglesia como un espacio de impunidad que supuestamente cuentan con el beneplácito del Padre Ángel, que obtiene financiación de grandes empresas y subvenciones públicas utilizando la iglesia como su escaparate”.
José Luis trabaja en la zona de Chueca. Cerca de la parroquia de San Antón. Nos cuenta que cómo le tiran papeles con fuego en su casa prendidos a su balcón para que arda su vivienda. “Me quejé al padre Ángel y no me hizo ni caso. Un grupo de camellos nos ha amenazado con quemar nuestro edificio mientras dormimos. Hemos cambiado todas las cerraduras. No podemos entrar solos en los garajes porque están ahí. Nos condicionan toda la vida. Hemos tenido que organizarnos para extremar nuestra seguridad. En mi bloque hemos invertido mucho dinero en cámaras de seguridad y con gran esfuerzo porque somos gente trabajadora. Encima, este párroco no tiene piedad. Nos contesta con que odiamos a los pobres. No es así, esto es un tema de delincuencia. Los adictos duermen en la puerta de nuestras casas y mantienen sexo delante de nuestros niños. Al vecino del primero le tiran piedras desde el balcón. El padre Ángel no nos hace caso porque lo que tiene es una plataforma para conseguir dinero. Huele fatal y estamos expuestos continuamente. Los Servicios Sociales no pueden permitir eso”.
Los vecinos confirman a Libertad Digital que el padre Ángel vive en un inmueble de dos plantas de más de 200 metros cuadrados. Además, no viviría solo. “El padre Ángel convive con un señor mayor y un niño adoptado de raza negra”.
Alberto fue víctima del acoso callejero e intentó hablar con el famoso párroco. Pero fue apartado por sus guardaespaldas, según narra: “El padre Ángel viene todos los días acompañado de dos gorilas. Se baja a diario de un cochazo que lo deja en Fuencarral con su conductor privado, y viene andando con sus dos escoltas. No hay quien se le acerque. Es como un mafioso vestido de cura. No es un párroco, es un negociante”.
Esteban Benito, presidente de la asociación vecinal, opina lo mismo. “El padre Ángel tiene más negocios. Posee residencias de ancianos por toda España y todas están bajo su poder. Está todo orquestado a través de su Fundación Mensajeros de la Paz. Es una persona muy influyente”.
Tanto es así que el Arzobispado le cedió la gestión total de la iglesia. Pero Benito avisa de que en última instancia el responsable del edificio de la Iglesia de San Antón es el Ayuntamiento de Madrid: “Carmena dio barra libre al padre para que hiciera lo que quisiera. Nunca nos escuchó. Ahora, estamos a la espera de una reunión con el nuevo equipo de gobierno. Vivimos una situación muy injusta. Ellos duermen allí porque los albergues no los quieren y, es más, tampoco van. Los centros de acogida regulados tienen unas normas y como allí no pueden delinquir, se vienen aquí. Son personas que podrían estar atendidas en mejores condiciones pero no lo están pese a lo que diga el Padre Ángel. Insistimos, es el instrumento para conseguir más dinero. El negocio perfecto”.