Pablo Gil no va al cuartelillo de la PM y Sonia Rodríguez no aparece por Pozuelo. Mientras, la villa sigue asolada por la inseguridad ciudadana. Ahora, los cacos actúan en la abandonada Colonia San José

Desde hace mucho tiempo venimos contando el desorden y desatino que existe en la Policía Municipal de Pozuelo.
Ya hemos dicho varias veces que el concejal de Seguridad Pablo Gil ni va por el cuartelillo de la calle San Juan de la Cruz ni se le espera…
¿Por qué? Dicen que porque le tiene miedo a los sindicatos…
También hemos contado muchas veces que los sindicatos también tienen pillada a la Intendente Sonia Rodríguez (de hecho se ha hecho amigüita de la nueva líder sindical Sonsoles López Martín para que no la metan en líos) y eso la hace desaparecer semanas enteras… No quiere que Gil le envíe notitas y la haga trabajar… En fin, que todo está manga por hombro…
Abro paréntesis. Me cuentan que Sonsoles López Martín es una veterana policía municipal con 25 años de servicio. 0 detenciones, 0 multas, 0 intervenciones. Solo oficinas y acompañamiento a la Intendente. Trabaja unos 9 días al mes de auxiliar administrativo y es la más reivindicativa. Quiere ganar más y más. Cierro paréntesis.
El caso es que en la zona de la Plaza San José (Colonia San José), mientras Pablo Gil se entretiene en el Viejo Convento y Sonia Rodríguez hace lo propio en Madrid, están abriendo coches a porrillo y a plena luz del día. No los roban, los abren y se llevan todo lo que pillan. Son chicos de apenas 15 años.
El pasado martes 29 de octubre, a eso de las 14,00 horas, el dueño de un coche sorprendió a un muchacho (casi un chiquillo) dentro de su automóvil rebuscando… El hombre, muy enfadado, lo sacó a rastras del coche pero el muchacho se zafó de él y corrió hasta otro coche que lo esperaba en la esquina conducido por una persona mayor…
Otro escándalo pese a lo que diga la alcaldesa Quislant y el propio Gil.
Y esto me lo cuentan cuando la situación empieza a degradarse cada vez más. Salen a uno o dos robos por semana.
Hace un par de semanas, por ejemplo, a una chica extranjera que trabaja de asistenta en la zona la atracó con navaja un individuo que salió de un coche cerca de la parada de autobús en la Avenida Leopoldo Calvo Sotelo, enfrente de la calle Plantío y del antiguo Bar San José.
Y el problema es que muchos vecinos ni llaman a la Policía. ¿Total, para qué?
Como se llevan «cuatro tonterías» se considera un hurto leve y los delincuentes como mucho pagan una pena mínima de multa. En teoría porque, en la práctica, ni la pagan.
Textualmente, un vecino me ha contado que hacía mucho que no veía este grado de inseguridad en esta zona abandonada de Dios.
No tengo nada más qué decir, señor guardia…
A alguien se le tendría que caer la cara de vergüenza.
Ay, Pablo Gil… La policía municipal te sacará de la política… Anda que si encima se lo tenemos que agradecer…
Seguiremos informando…
La Piraña del Meaques