Aunque no lo parezca, en el Ayuntamiento de Pozuelo sigue la calma chicha al margen de la política. Incluso, sus trabajadores parecen más alegres y distendidos porque no se ven concejales

Hacía tiempo que no visitaba a unos amigos del Ayuntamiento de Pozuelo y con la excusa de que mi mujer me había enviado a cambiar un par de pilas de reloj a la joyería de la Plaza del Padre Vallet, decidí acercarme por allí.
Tenía cierta curiosidad por ver el ambiente que se respiraría en un edificio en el que, quien más quien menos, debe tener intereses en ver qué pasa tras unas elecciones que han dejado un panorama hasta ahora inédito en nuestra ciudad.
Suponía yo que, o bien me encontraría los pasillos en plena ebullición, o por el contrario estos estarían silenciosos y desérticos, como buscando la intimidad de los despachos en los que todo debería tratarse a puerta cerrada.
Y sin embargo, nada de eso parecía estar ocurriendo. Los trabajadores del Ayuntamiento parecen seguir en sus quehaceres, ajenos al tejemaneje político que ha de estar urdiéndose en otras instancias. El ambiente era en general relajado, con los habituales corrillos, las salidas a desayunar, las conversaciones sobre el tiempo, las piscinas y las vacaciones de los niños que ya se acercan. Es más, quizás había un tono más distendido de lo habitual.
Uno de mis conocidos, ante mi pregunta sobre su estado de inquietud, me respondió: ten en cuenta que ya estamos acostumbrados, cambiamos de jefe cada 4 años. Pero me vi en la necesidad de sacarle de su error porque ahora no será lo mismo si tu jefe, si el concejal que te toca en suerte, es de un partido o de otro. Su respuesta con una leve elevación de sus hombros me dejó casi atónito.
Lo único que sé – me dijo – es que entre campañas generales, municipales y ahora esta situación, llevamos casi dos meses sin ver a los concejales.
¡Esto ya era el colmo! Que yo sepa los concejales lo siguen siendo hasta que se conforme el nuevo Pleno, así que hice la prueba y he aquí que pregunté por dos concejales que “habitan” en la Casa Consistorial. Pues bien, nadie supo darme razón de ellos ni de cuándo podrían recibirme.
No se si Susana Pérez Quislant está o no ejerciendo de alcaldesa. Casi me daba miedo comprobar ese extremo, pero lo cierto es que habrá que estar atentos a las revistas del Vive Pozuelo de junio y julio para ver cuántas fotos de archivo o eventos en los que no aparezca ella se han celebrado en el municipio.
La cosa será igualmente sospechosa si los “artículos periodísticos” de esta revista cambian el tono del autobombo por el del reportaje.
Juan Pozuelo
No he podido resistir la tentación de escribir algo referente a la «calma chicha» el la Casa Grande, me ha gustado la expresión.
La verdad es que estamos más anchos que largos, como decía mi abuelo «el buey suelto bien se lame». Si antes era todo un caos, ahora es un caos silencioso, al menos ha dejado de dar la paliza, que no es poco.
Lo de que no dejan de ser concejales hasta que no se constituye la nueva Corporación Municipal me ha hecho mucha gracia, la pura verdad es que han desaparecido de sus habituales chanchullos, tampoco es mala cosa.
Una de las cosas que nos ha llamado la atención a todos los españoles es que cuando no hay políticos todo funciona mucho mejor, el 155 es un lujo, y no solo porque sean catalanes, en realidad es porque lo enguarrinan todo. Menudos figuras.
Madre mía, qué paz, todo funciona mejor así. No sé a quien hay que votar para que vengan menos.
Algunos andan por ahí buscándose las lentejas, no lo tienen fácil, los puestos de enchufe escasean y cada vez hay más aspirantes.
Es muy saludable tener que buscarse la vida sin vivir a costa de los contribuyentes, es muy sana la alternancia política, sin duda, lo mejor de la democracia. Lo pero que puede haber en este sistema es la mayoría absoluta. Es como los monopolios, son malos por naturaleza. Lo mejor es la libre competencia.
Hoy he soñado con un Ayuntamiento llenos de políticos que respetan a los funcionarios y les dejan trabajar, ya sé que es solo una ilusión, pero de ilusiones se vive.
Gracias por su artículo Sr. Juan.
Muchas gracias por su participación. Saludos