La cesión del Gobierno de Pozuelo de una parcela pública al Arzobispado de Madrid es un escándalo que los vecinos y vecinas deben conocer: El agravio comparativo con Cal Pau es vergonzoso

Hace años que conozco el trabajo que hace Fundación Cal Pau, y hace 6 años que conozco y aprecio a la gente que realiza este trabajo.
En 2013 el Ayuntamiento de Pozuelo admite a trámite una concesión demanial de uso privativo de una parcela municipal por un periodo de 75 años para la construcción de un edificio residencia para personas con discapacidad intelectual.
Esta concesión se había solicitado por parte de la Fundación Cal Pau, ya que el edificio en el que trabajaban y trabajan dejaba de reunir las condiciones necesarias y deseables para la atención de las mujeres con discapacidad intelectual a las que apoyan.
Me gustaría que vierais el día a día de Fundación Cal Pau, entidad a la que hace un año se sumó la Fundación Magdalena en una fusión como parte de los esfuerzos por conseguir esta nueva residencia. Lo que decía, me gustaría que vierais su día a día atendiendo a mujeres con discapacidad intelectual con grandes necesidades de apoyo, un total de 23 en la Residencia Villa Josefina y 34 en Los Fresnos (antigua Fundación Magdalena).
Lo que quieren es contar con una residencia en condiciones, para no tener dormitorios de cuatro personas, talleres en condiciones, espacios comunes amplios y luminosos, eliminar todas las barreras arquitectónicas…
Después de seis años viendo este día a día puedo asegurar que lo que quieren, principalmente, es ofrecer unas condiciones de vida digna a las mujeres a las que atienden.
Desde que el Ayuntamiento de Pozuelo en el 2013 aceptó a trámite la concesión de la parcela, el camino para lograr la residencia ha sido un camino escarpado y lleno de obstáculos. Obstáculos puestos en su mayor parte por el propio Ayuntamiento.
Y es que, lo que en la legislatura de Paloma Adrados era posible, dejó de serlo en julio de 2015 con la por entonces recién iniciada legislatura de Susana Pérez Quislant.
El Ayuntamiento se desdice de la concesión ofrecida y plantea a la Fundación Cal Pau que el uso de la parcela se tramitará por licitación. Fundación Cal Pau acepta este cambio y ahí comienzan cinco años de retrasos, dejaciones, lentitudes… y 5 años después, estamos peor que al principio.
Lo que en seis años no ha conseguido una fundación que hace un trabajo que la Administración no hace, la Iglesia lo ha conseguido en seis meses.
Y esto, cuanto menos, es un agravio comparativo que los vecinos y vecinas de este pueblo deben conocer.
Hace escasos días a Cal Pau se le vuelve a ofrecer una concesión directa de una parcela y sigue habiendo diferencias:
- Mientras que a la Fundación Cal Pau se le realiza por 75 años y con una finalidad establecida (construir una residencia), a la Iglesia se le hace sin plantear la finalidad y sin tiempo establecido.
- A Cal Pau con canon, cuya cantidad a fecha de hoy desconocemos, aunque en su día se habló de 20.000€ anuales. Hay que recordar a que actividad se dedica esta entidad.
A la Iglesia se le concede sin canon, sin cargas económicas, y sin saber a ciencia cierta a qué se va a dedicar esta parcela porque, tal y como ha publicado este periódico, la directora de Fundación Caná y el párroco dicen cosas diferentes.
Espero que en breve el tema de Cal Pau se resuelva y dentro de poco podamos que la nueva Residencia está funcionando a pleno rendimiento.
Maite Pina, ex concejala de Pozuelo