Cuatro horas en las que todo pudo saltar por el aire: La Presidenta Ayuso tuvo que echar el resto (con el apoyo de Génova) para poner en su sitio a un crecido David Pérez
El lunes por la tarde hubo cuatro horas tremendas dentro del PP Nacional. Lo apunté ayer en esta misma columna. Me había llegado el rumor de que el ex alcalde de Alcorcón David Pérez había tomado una postura intransigente ante las escasas posibilidades que le quedaban de pillar una consejería importante y ver la realidad de ser nombrado consejero de una cartera menor.
Ayer mismo, dos grandes medios nacionales (El Mundo y El Confidencial) también se hacían eco de este grave problema que estuvo a punto de dinamitar el Gobierno de Ayuso. Como sería la cosa que en una primera nota de prensa de la dirección de Comunicación de la Comunidad en lugar de estar el nombre de Pérez en Vivienda estaba el de la diputada Ana Camins.
Y todo porque el tiempo pasaba y era necesario cerrar el Gobierno para que al día siguiente pudiese tomar posesión. Si no aparecía en el BOCM no se podría llevar a cabo el solemne acto.
Me cuentan que, en algún momento, Pérez llegó a perder la sindéresis y, creyéndose más importante de lo que es en realidad, aspiró a tener mayor peso político en el nuevo Ejecutivo de Sol.
Aspiraba a ser el Consejero de Presidencia para manejar, políticamente, la barca y se había nombrado a María Eugenia Carballedo.
Aspiraba como Plan B a llevar la nueva macroconsejería de Justicia, Interior y Víctimas del Terrorismo pero la 7ª Planta de Génova había impuesto al juez Enrique López.
Aspiraba como Plan C a ocupar la consejería de Hacienda y Función Pública y también la 7ª Planta de Génova había impuesto a Javier Fernández-Lasquetty.
Pero David Pérez, que, insisto, se creía más de lo que es, apretó la situación y le echó un pulso a la Presidenta Ayuso.
El ex alcalde de Alcorcón había sido el niño bonito de Esperanza Aguirre pero estuvo desahuciado políticamente por Cristina Cifuentes. Y ahora que Ayuso lo había recuperado, esperaba mucho más. Esperaba una cartera política importante.
Y tensó la cuerda hasta que estuvo a punto de romperse.
Dice El Mundo que “Fuentes de Ciudadanos confirmaron también que el retraso en la comunicación oficial de la configuración del nuevo Gobierno con el PP fue provocado por las dificultades para encajar a David Pérez en una cartera acorde con sus aspiraciones políticas”.
Finalmente, Ayuso y su Primo de Zumosol de la séptima planta de Génova le pusieron contra la espada y la pared: O la consejería de Vivienda o nada. Y era un ultimátum.
Ya eran las nueve de la noche y la cosa no daba para más. Y David, que de tonto no tiene ni un pelo, viendo la cosa mal no quiso cerrarse ninguna puerta más y aceptó Vivienda.
Y esa fue la historia real. Lo demás, digan lo que diga, es lo que se llama la construcción de un relato para que todos queden bien.
Pérez no supo ver nunca que las decisiones de los nombramientos (salvo dos casos) eran de Pablo Casado y estaban consensuadas con Isabel Díaz Ayuso ya que la relación entre ambos es muy buena y ninguno de los dos quiere que haya el más mínimo atisbo de fracaso en la Comunidad de Madrid. Es una Comunidad básica para el PP y no quieren experimentos ni niñerías…
Yo que tú, David, me lo haría mirar…
La Piraña del Meaques