Los tiempos cambian una barbaridad: Ahora los interventores y apoderados en los colegios y mesas electorales solo son personas anuncios “dándose el pisto” con acreditaciones y carpetas

Eran poco más de las 7:30 del domingo pasado cuando salí a pasear a ‘Chuchi’. Ya se sabe, si les regalas un perro a tus hijos, al final terminas siendo tú el que tiene madrugar para sacarle.
En el ascensor me sorprendió encontrarme con el hijo de mis vecinos. Él no suele madrugar los fines de semana. “Buenos días, Manolito ¿Cómo sales tan temprano?”. “Me ha tocado estar en una mesa durante las elecciones y tengo que ir al colegio antes de las 8”, me respondió.
Mi mente se puso a organizar el día. Aprovecharé para llevar a mis padres a votar temprano y yo me acercaré a la hora de comer. No me gustan las aglomeraciones y a esas horas nunca hay colas.
Cuando horas más tarde volvía de acompañar a mis padres me encontré con mi vecino Manuel. “He visto a tu hijo esta mañana”, le dije.
“De votar vengo”, me respondió con cierto hastío, “y no veas que raro. El pasillo estaba lleno de gente de todos los partidos, con sus cartelitos identificativos, pero en mi mesa de votación sólo estaban mi hijo, un señor y otra chica. Me ha llamado la atención porque normalmente siempre hay gente de los partidos políticos controlando los procesos de votación. Manolito me ha dicho que sólo se pasaban de vez en cuando, pero que allí no había nadie para ayudarles. Y ¿a que no sabes quién está de jefa de los del PP en ese colegio? Almudena Ruiz. Por allí andaba sonriendo a todo el mundo”.
Me picó la curiosidad, he de reconocerlo y a la hora de comer, cuando mi mujer y yo nos acercamos a votar, no pude evitar preguntar a una persona que llevaba el cartelito del PP si estaba por allí Almudena. “Se ha ido a comer con sus padres y volverá en un rato”, me dijo con toda naturalidad. Claro, es cierto que sus padres viven cerca.
Todo esto no pasaría de anecdótico si no fuese por las noticias de los días siguientes, en los que algunos partidos, especialmente los que peores resultados han sacado, se están quejando de ciertas irregularidades en los procesos.
En tiempos fui interventor por un partido (no hace falta decir el nombre) y entonces nos tirábamos todo el día en la mesa electoral. Nos levantábamos sólo para ir al baño y siempre que otra persona del partido nos relevara en nuestra tarea. Y nos quedábamos al recuento, hasta terminarlo, fuese la hora que fuese. Recuerdo salir a las 2 de la madrugada en algún caso. La comida consistía en un frugal bocadillo y algún dulce, una botella de agua o un refresco en los mejores casos.
Pero ahora no. Ahora parece que los partidos se conforman con estar por el colegio, luciendo sus acreditaciones y carpetas como si de personas anuncios se tratara, en un vano intento de figurar y mostrar que son más de los que son, pero despreocupándose de lo importante: vigilar. Y no porque se vaya a hacer un pucherazo, sino porque se supone que también están para ayudar a los pobres a los que, por sorteo, les ha tocado estar ese día de presidentes y vocales.
Esto es un reflejo de lo que son los partidos hoy en día, y de la propia política. Parece que nuestros políticos se preocupan más por aparentar y buscar el voto, que por hacer propuestas con coherencia respecto al ideario de su partido.
El lunes le pregunté a Manolito por su experiencia y me ratificó estos pensamientos. A los representantes de los partidos sólo los había visto pasearse y venir de vez en cuando a preguntar por el número de votantes y pedir las actas de recuento. Pero de arrimar el hombro, nada de nada.
No sé qué harán en las elecciones de mayo, pero, señores de todos los partidos, especialmente ustedes del PP que están en el gobierno y que son quienes más tienen que perder, no se puede estar en Misa y repicando. Es decir, no pretendan aparentar que andan por el colegio vigilando cuando sólo están de cháchara durante todo el día, o se han ido a comer por ahí, y en los recuentos se preocupan más por estar pendientes de los resultados que van sacando los medios de comunicación, que por vigilar que todo se haga correctamente.
Y usted, alcaldesa, que en su currículo dice que es experta en legislación electoral, debería saber mejor que nadie la diferencia entre un interventor y un apoderado, entre estar vigilando y reaccionar a tiempo o poner una queja al día siguiente. Por favor, más compromiso y menos quejarse a posteriori.
Juan Pozuelo