Afecta a varias líneas de Cercanías Pozuelo aunque se desconoce en qué medida: El «túnel de la risa», el de más circulación de España (entre Chamartín y Atocha), cierra de junio a noviembre

Cada día, pasan por el túnel de Recoletos –entre Chamartín y Atocha– 470 trenes, con 200.000 viajeros. O, lo que es lo mismo, más de 14.000 trenes al mes, en los que circulan en torno a seis millones de viajeros. Imagine lo que supone que el servicio de trenes en ese tramo, el de más circulación de la red en toda España, se cierre al tráfico. Es lo que va a ocurrir desde el próximo domingo, 2 de junio, y hasta noviembre. El objetivo: modernizar un tunel con más de 55 años y reducir al máximo las incidencias recurrentes en el mismo.
De acuerdo con los datos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), entre 2014 y 2018 se registraron 225 incidentes en este túnel, que afectaron a una media de 28 trenes y supusieron retrasos de 316 minutos –algo más de cinco horas– por suceso. Algo que no se puede permitir un servicio que transporta cada año a 256 millones de viajeros.
Para reducir al máximo estos problemas, los responsables de Adif planificaron las obras que se inician este domingo, y que son «las más importantes que se han hecho en décadas», resumen. Suponen la reforma integral del túnel. Se va a desmontar la vía sobre balasto –la capa de grava bajo las traviesas– y la catenaria flexible –por dónde va el cable eléctrico que alimenta a los trenes–, y se van a sustituir por una vía en placa y una catenaria rígida.
También se va a modernizar la señalización ferroviaria que controla el tramo del túnel. Los trabajos van a afectar a las líneas de cercanías C1, C2, C7, C8 y C10 del núcleo entre Atocha y Chamartín, y a partir del 1 de julio también a la C1 y C10 entre Delicias y Atocha. Portavoces de Adif explica a ABC que son «plenamente conscientes» de los problemas que va a suponer este cierre del túnel para cientos de miles de usuarios cada día, pero recuerdan que los trabajos se hacen por la necesidad imperiosa de reformar un túnel de los años 60 del siglo pasado, que necesita una actualización para convertirse en un subterráneo con prestaciones del siglo XXI.
El túnel de Recoletos, más conocido como «túnel de la risa», nació como idea en tiempos de la Segunda República, en 1933, cuando Indalecio Prieto era ministro de Fomento. Pero el inicio de la contienda bélica y las posteriores dificultades económicas de la postguerra ralentizaron su construcción, y su puesta en marcha no se produjo hasta 1967. Tiene 7 kilómetros y cuatro estaciones: Chamartín, Nuevos Ministerios, Recoletos y Atocha Cercanías.