Un policía municipal de Pozuelo disecciona con claridad los problemas del cuerpo, que empezaron en 2008 con Sampedro y Caletrio al quitar los turnos rotativos y echarse en brazos de los sindicatos. Pero aporta soluciones

Estimado director:
Después de tantos “supuestos” policías de Pozuelo que escribimos para quejarnos sobre nuestra Batidora, creo que también lo tengo que hacer yo.
Y quiero empezar diciendo que elegir destino en la Policía Municipal, en la actualidad, somos pocos los que elegimos destino por vocación. Lo hacemos por comodidad. Y pongo unos ejemplos.
-Yo elijo del servicio de Medioambiente, siempre me he creído como Félix Rodríguez De la Fuente, buscando al buitre leonado, no es porque trabaje solo de lunes a jueves, si pasa algo el resto de la semana ya lo hacen los de seguridad ciudadana.
-Yo de pequeño siempre quise ser un policía que cuidara los colegios y proteger a los que les quitaban los bocadillos, por eso elijo ser de la unidad de menores, trabajo de mañana y sin uniforme, paseo va paseo viene y cuando pasa algo ufff. No es de mi competencia, además los fines de semana los menores no tiene problemas, solo de lunes a viernes y por la mañanita, el resto que se ocupe seguridad ciudadana.
-Otras de mis preferidas fue corrupción en Miami, por eso siempre quise ser de judicial y si es en el turno de tarde mejor, nadie me controla, nadie pide objetivos, pero lo hago por vocación, por supuesto no trabajo los fines de semana, que para eso ya está seguridad ciudadana.
Así podía seguir con cada una de las unidades, pero la verdad que nos tendríamos que mirar al ombligo y ver lo que tenemos y sobre todo a lo que hemos opositado. Ninguno de nosotros estamos aquí obligados, todos tuvimos que estudiar y prepararnos (y no es una oposición sencilla), pero es donde queríamos estar, creo.
Desde un principio, todos sabíamos que el servicio se presta los 365 días del año y las 24 horas, con lo cual nadie se tiene que sentir engañado.
Pero esto no es culpa nuestra. Todo viene desde el año 2008, cuando el jefe de Policía Francisco Caletrio y el señor Sampedro decidieron quitar los turnos rotativo, por supuesto a petición de los sindicatos. Y ahí empezó el imperio sindical, el cual nos lleva a nuestros días.
Y con ese imperio, la destrucción de un servicio, y el colectivo desmotivado y solo preocupado por esconderse. Y ahora favorecido por la intendente Sonia Rodríguez, la cual le está dando la puntilla, en el argot taurino, ya que ella solo vive para los sindicatos y últimamente buscando su puesto en Madrid. Aunque se rumorea que le está costando ya que se libraron de ella y no quieren que vuelva a la capital.
Pero por ser más concreto, por qué en el 2008 se cambian los turnos, en los cuales estábamos rotando, desde el año 2003, cuando el señor Sampedro se hizo cargo de la concejalía de seguridad. Lo primero que este señor hizo fue traer a un Jefe de Policía, José Antonio Aldama, el cual pusiera a rotar la plantilla, para quitar los vicios del turno de noche, conocidos por todo el pueblo, y donde estaban los sindicalistas.
Por cierto, el señor Sampedro dejó vendido y tirado a José Antonio Aldama. Qué raro.
Bueno no quiero aburrirle más con los líos de estos policías, los cuales se podrían solucionar de una forma sencilla. Le cual le explico:
-Todos rotamos en todos los turnos
-Todos cobramos lo mismo
-Todos hacemos el mismo trabajo
Y por último que el Ayuntamiento y, en especial, Recursos Humanos empiece a tomar decisiones y pongan soluciones. Y no vale, señores, que la zorra cuide a las gallinas.
Quizás el contenido de este texto no esté bien redactado, ya que hablo desde el corazón, como Policía de vocación, comprometido con el servicio Público, muy cabreado porque no me dejan realizar mi trabajo y jodido por la falta de compañerismo por la desidia de la jefatura, el Ayuntamiento y las tropelías sindicales.
Pero también le digo una cosa, la mayoría de los policías son muy buenos profesionales. Pero falta dirección, objetivos y control aunque, cuidado, eso pueden tacharlo de persecución y acoso laboral por la sección sindical.
Un saludo.
Juan Pozuelo