El Madrid y el Barcelona empiezan a dar una emoción inesperada a la liga tras sus dos últimos partidos en que los blancos jugaron “a verlas venir” y los azulgranas jugaron andando

El Madrid ha perdido la primera oportunidad de la liga de ponerse líder y, además, empezar a distanciarse de los demás. No ha sido así. El equipo no funciona. También es verdad que el Sevilla fue un vendaval en el Sánchez Pizjuan.
Y es que Lopetegui sigue buscan soluciones que no encuentra. Entre otras cosas porque el Ser Superior le ha dejado al pie de los caballos y mucho me temo que de seguir así, el entrenador vasco no se va a comer el turrón al frente del equipo madridista.
Porque la debacle de Sevilla no es un accidente, como dicen los jugadores. El problema del Madrid es quien mete los goles. Nadie tiene los números de Cristiano Ronaldo en el equipo. Y, sin el portugués, el Madrid no es nadie. Ya no mete miedo.
Ay, Florentino Pérez, cómo te precipitaste dejando marchar a Cristiano. Cincuenta goles por temporada no los meten hoy Bale y Benzema juntos. Y todo por no querer asumir los impuestos del portugués. Así que el Presidente, en el pecado, lleva la penitencia.
Y a ver qué ocurre el sábado en el Bernabéu con el Atleti a sólo dos puntos tras su remontada. Porque, como pierda el Madrid, lo de Sevilla ya no será un accidente. Habrá que hablar de hecatombe.
Otro que pretende ganar sus partidos andando en vez de correr es el Barça. Dos goles en tres minutos le endosaron los pepineros del Leganés porque la fe mueve montañas y los del “Lega” no se arrugaron ante Messi y compañía.
Un Barça, dicho sea de paso, con Piqué en plan de director de orquesta al que se le partió la batuta en su pifia del segundo gol del Leganés.
Así que, jugando el Madrid “a verlas venir” y el Barça andando son buenas dosis de emoción para un campeonato de liga del que queda mucha tela que cortar.
José Antonio Sánchez