Alemania se quedó fuera del mundial y entre las razones de su fracaso habría que buscar entre la maldición del campeón y la mala suerte de tener al gafe Puigdemont acogido en su tierra

El futbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania. Frase lapidaria que se le ocurrió al hoy comentarista de televisión Gary Lineker, otrora jugador inglés de futbol que, entre otros equipos, militó en el Barcelona.
Pero la sorprendente eliminación del seleccionado alemán que dirige Joachim Löw en el mundial de Rusia, inspira a Gary Lineker para decir ahora que, el futbol es un juego sencillo en el que 22 jugadores persiguen un balón, durante 90 minutos y, al final los alemanes no siempre ganan.
Nada más cierto: por primera vez en la historia de los mundiales de futbol que se juega por el sistema actual de grupos, treinta años, la maldición del campeón cae sobre Alemania. No es el primer caso, Italia en 2010 y España en 2014, campeones mundiales en aquellas fechas, que llegaban como favoritos, no superaron la fase de grupos.
En Rusia, contra Korea, Toni Kroos no pudo obrar el milagro que hizo ante Suecia, marcando un gol en tiempo de descuento. Jugar al límite del riesgo no vale en un mundial de futbol en el que los equipos, llamados de segundo orden, corren como galgos, dan patadas sin contemplación… y si pasa el balón no lo hace el futbolista.
Alemania, el equipo de las cuatro estrellas que le definen como la mejor selección de futbol, contra Korea ni jugaron bien ni tuvieron ocasiones. Tenían enfrente futbolistas en una forma física óptima y un portero que lo paró todo. Además, dependían demasiado del juego de Toni Kroos.
Estrepitoso fracaso de Alemania y escandaloso ridículo de una selección cuatro veces campeona del mundo a la que, como mínimo, se le pide superar la fase de grupos….
No contaban, tal vez, con que Puigdemont es gafe… Y hacer lo que están haciendo con él tiene consecuencias…
José Antonio Rosa