A la atención de Carlos Ulecia: Búhos reales como solución ecológica para la gran plaga de conejos y ratones que invaden Pozuelo por todos lados y con las que no hay manera de acabar
La empresa pública de aguas Canal de Isabel II parece que ha encontrado la solución para mantener a raya la población de conejos que habitan en las depuradoras: búhos reales.
La depuradora de La Reguera, situada en Móstoles, tiene tres nuevos habitantes. Son tres búhos reales –aún pequeños– que tienen el objetivo de limitar la población de conejos de la máquina.
“Las depuradoras son como islas donde los conejos anidan, viven, encuentran comida y se reproducen con muchísima rapidez”, asegura el subdirector de Depuración de Canal de Isabel II, Miguel Ángel Gálvez. El principal problema es que los conejos y roedores hacen agujeros para convertir el terreno en su casa y eso provoca problemas de seguridad en las instalaciones de las depuradoras.
Se espera que se aclimaten estos tres búhos reales para ver si el experimento funciona. De ser así, se extendería el método a otros lugares. Hasta el momento, la única forma de limitar la extensión de los conejos era solicitando un permiso a la conserjería, que mandaba cazadores o sugería utilizar venenos. El uso de búhos reales es mucho más natural y, lógicamente, menos tóxico.
Organizaciones ecologistas como Grefa y Brinzal también forman parte del proyecto. Han instalado ocho perchas con el objetivo de que se posen allí otras aves rapaces y que cacen roedores y conejos sin necesidad de anidar en el lugar. Se utiliza el método hacking, la suelta de ejemplares jóvenes para que sean introducidos en el medio sin entrar en contacto con el ser humano.
“Durante semanas los alimentamos, y la idea es que reconozcan el lugar como su nido y su territorio. Poco a poco se les reduce la comida. Se reproduce en cierta medida el comportamiento de los padres de las aves, que cuidan a los pollos hasta que, cuando ya están preparados para afrontar la vida, desaparecen e incluso les expulsan de su territorio”, explica Fernando Garcés, secretario general de Grefa.
Los tres ejemplares de búho real que participan en el proyecto fueron rescatados en el campo y llegaron a las instalaciones de Grefa situadas en el monte de Majadahonda. Aún no han salido de sus cajas nido, pero la idea es que cuando crezcan campen a su antojo y se queden por la zona, donde cuentan con un hábitat favorable.
El proyecto logra así la consecución de un objetivo doble. Por un lado el control biológico de ratas, conejos y otros grandes roedores. Por otro, atraer a otras especies insectívoras más pequeñas, como el avión común, o el vencejo, además de la lechuza y el cernícalo común.
Redacción