¿Qué está pasando en la Comisaría de la Policía Municipal de Pozuelo? ¿Está el cuerpo, como dicen, a tres centímetros de parecerse al ejército de Pancho Villa o es una perversa exageración?

Me cuentan cosas que están pasando en el cuartelillo de la Policía Municipal de Pozuelo que me cuesta creérmelas. Me cuesta.
Me cuesta creer que un cuerpo tan privilegiado, tanto en sueldos como en horarios de trabajo, esté tan malamente…
Me cuesta creer que unos trabajadores del Ayuntamiento de Pozuelo a los que les dan lo que pidan (hoy mismo se aprueban un montón de cosas en la Junta de Gobierno de Pozuelo), no parezcan tener la más mínima implicación en su trabajo salvo el estricto cumplimiento de lo que manda el reglamento y apenas estén mentalizados para el servicio que deben cumplir. Posiblemente, claro, a causa de ese peculiar horario que tienen. Trabajan, ¿cómo era? 7/7 (en teoría, trabajan siete días y libran otros siete) Y digo en teoría porque eso también es 5/7…
¿Cómo era Piri? ¿Trabajaban cinco días y libraban siete? No me entero bien… Me lo han contado varias veces pero no me he enterado bien porque luego tienen un montón de días vacaciones… Supongo que tendrá que ser así.
Bueno, el caso es que, me cuentan, creo que exageradamente, que pese a estas ventajas o como consecuencia de ellas, aquello está al borde de convertirse en el ejército de Pancho Villa…
Yo creo que no puede ser para tanto, es imposible, pero lo que sí es cierto es que todo está manga por hombro pese a los muchos esfuerzos que hacen algunos policías, como el suboficial Francisco Ugena, por exigir un comportamiento adecuado al servicio público que deben a los vecinos, que son, dicho sea de paso, los que pagan las nóminas.
El desastre es tal que ya no tienen ni los coches de camuflajes. Me dicen que se los han embargado y, a mí, me cuesta también creérmelo… Es igual. El caso es que no tienen coches para camuflaje. Se les han estropeado o se lo han robado o no han pagado, vaya usted a saber… Cualquier cosa puede haber pasado. Lo cierto es que esa vigilancia discreta de la policía municipal, de la que siempre presumía Pozuelo en los últimos tiempos y tan buenos resultados ha dado, ya no existe.
Y la inseguridad ciudadana subiendo. Porque esa es la realidad.
Y no quiero detallar lo que cuentan sobre las goteras del cuartelillo porque me avergüenzo. Me aseguran que, a este paso y cuando llueva, tendrán que estar dentro con chubasquero. Ya casi lo están.
Pero, al preguntar a qué se debe semejante deterioro laboral y de condiciones profesionales, la respuesta de los mismos policías apunta a dos direcciones claramente:
Al concejal Gerardo Sampedro, que hace tiempo que abandonó sus funciones políticas y ya le da igual todo o casi todo.
Y a la jefa Sonia Rodríguez, de quien aseguran que ni siquiera ha llegado a hacerse con sus funciones profesionales. Lo dicen los propios policías. Desde que llegó no se ha implicado en el cargo. Llega tarde y se marcha pronto. Al principio era cosa de la conciliación… Ahora ya hablan de comodidad. Este término comodidad es mío, sinónimo del que me han contado mucho más sonoro, digamos.
Eso sí, algunos dicen que la alcaldesa lo sabe pero pelillos a la mar… Me aseguran que Susana y Sonia se llevan muy bien.
Seguiremos informando…
La Piraña del Meaques