El callejero municipal debería ser una oportunidad maravillosa de retornar un aire de dignidad a Pozuelo: Habría que unir a nuestro callejero el nombre del Almirante Cervera
Conociendo a la Sra. Colau, poca sorpresa puede causar que su última mentira sobre el Almirante Cervera, sirviese de base para retirarle la calle que tan merecidamente recordaba su defensa de España, en tan trágica derrota en La Habana.
Que su ignorancia y sectarismo la llevaran a acusarlo de facha, un cuarto de siglo antes que el Duce recorriera Italia con sus camisas negras, solo es un recuerdo más del por qué la situación se ha vuelto imposible en Cataluña, en donde se retuerce cualquier argumento, hasta adaptarlo al interés “nacional” y nos recuerda, parafraseando a Gabriel Celaya que : “La mentira es un arma cargada de futuro”. Ideal para llevar a Barcelona hacía el imperio de los okupas, de las empresas que huyen a la carrera y de los oratorios islámicos, espiritualidad tan bien aceptada por su alcaldesa (no he escuchado la voz de las feministas, ni de las asalta-capillas, tal vez porque…están como ausentes).
Eso sí, con el amparo del clero nacionalista, a los que retiran del programa de fiestas y actos de Semana Santa, hasta que los conduzcan a la “hoguera” -imagino yo – como en el 36. Pero ya se sabe, Roma no paga a traidores y defendiendo al populismo catalán, frente al cutrerío charnego: ni feligreses, ni religión.
Mientras, en nuestro quehacer diario pozuelero, las huidas de la casa consistorial prosiguen (¡Ay Virgilio!) y los que pueden se tiran del barco de Susana Pérez Quislant, en la confianza que alguien los pueda recoger.
Y ella, nuestra excelsa alcaldesa, defensora de España y de la bandera, amiga de regalar calles, rotondas y plazas, siempre dispuesta a pasar revista a las tropas, en esta ocasión tiene la oportunidad de recordar una parte de nuestra historia, tan mal rematada como regular contada y llenar de sapiencia a la ciudadanía de lo que un día nos hizo grandes. Y a pesar de la Leyenda Negra tornar a reconocer, incluso el propio Fidel Castro llegó a hacerlo, los méritos de tantos españoles allende los mares que buscaron gloria y honor, también fortuna, aun a riesgo de su propia vida.
Ellos, alcaldesa, fueron los que nos abrieron el camino que ahora transitamos y, a pesar de las deslealtades, insidias y rencores de personas como la edil barcelonesa, recordarlos es la única forma de reconocer que la derrota y muerte del almirante Cervera no fue en vano sino fruto del deber para con su patria, sin mancillar su honor.
Creo que unir a nuestro callejero el nombre del Almirante Cervera sería una oportunidad maravillosa de retornar un aire de dignidad en nuestra ciudad. Créame.
Honor y Gloria a los que dieron su vida por España.
A. Nogueiro
Un descendiente directo del almirante Cervera es vecino de Pozuelo, reservista voluntario de la Armada, guarda recuerdos personales de su bisabuelo.
Un motivo más para que en futuros viales se recuerde al Almirante Cervera.
Muchas gracias por su participación. Saludos