Siguen las muestras de indignación con la falta de consideración del Ayto. respecto al asesinato de Diana Quer: Los vecinos de Pozuelo, con las víctimas. Un artículo de El Soldado Raso

Hace tan solo unos días despedimos el año con la más triste de las noticias, la de una joven pozuelera a la que, recién estrenada su mayoría de edad, le habían negado el derecho más importante de cualquier ser humano, el de su propia vida. Un crimen que ha supuesto el trágico punto final de una angustiosa búsqueda, la de la familia Quer López-Pinel, que sin quererlo se ha convertido en una de las más conocidas de nuestro municipio.
No han sido pocas las voces que se han alzado para condenar este lamentable suceso a lo largo y ancho de nuestro país, así como a través de las redes sociales, que se han llenado de condolencias para con sus padres y hermana. Pero alguien ha fallado; una institución de nuestro pueblo, ese en el que la familia paga sus impuestos y en el que ha criado y educado a sus hijas, no ha expresado su repulsa por el crimen ni siquiera con un mísero minuto de silencio a sus puertas. Nos referimos, como ya imaginarán, al Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón.
¿Cómo es posible que no se haya convocado ningún acto público para expresar nuestro rechazo a la violencia en cualquiera de sus formas ante este macabro acontecimiento?
¿Qué es diferente esta vez?
Ante los atentados perpetrados en España siempre ha habido lugar a manifestaciones, Plenos extraordinarios, concentraciones y un largo etcétera. ¿Acaso el problema es que el asesinato de Diana no tiene ningún tinte político sino que solo era una chica normal, joven, víctima precisamente por ser eso, una mujer joven?
Nuestros políticos no han tenido ningún reparo en pasearse por los eventos organizados en Pozuelo con motivo de las fiestas navideñas, pero han guardado un escrupuloso silencio en lo que al cruel asesinato de Diana, nuestra vecina, se refiere.
No pretendemos que ahora se organice ningún acto, ya llegaría fuera de tiempo, el daño está hecho. Solo queremos que, a quien corresponda, recapacite sobre la negligente actitud de nuestros cargos públicos en esta ocasión y si, Dios no lo quiera, alguna desgracia semejante volviera a ocurrir, se apoye a las familias y se muestre respeto por los agredidos, independientemente de lo que haya motivado tal agresión.
El Soldado Raso