Los olvidos de las grandes efemérides nacionales de la alcaldesa Quislant hacen más pequeño al Gran Pozuelo de Alarcón, pero lo peor de todo son sus negligencias diarias
Más allá de encontrarnos en pleno desvarío autocrático, haciendo de nuestra Carta Magna un cúmulo de letras sin sentido que abochornan a cualquier ciudadano de bien y que nos encaminan a un gobierno totalitario más próximo al bochorno de Perú que a los ilusionantes países nórdicos, máxime ahora que se han percatado, finalmente, que el buenismo y la subvención acaban eliminado libertad y progreso…
Más allá de que nuestra magna primera dama municipal se crea que Pozuelo es ella misma y que el resto corporativo son individuos prescindibles a su servicio… Hemos llegado a una notable decadencia en la que unos del partido (los que piensan que heredar el momio cuando ELLA no esté) y los otros oposiamigos divididos entre los que aún pueden cambiar de partido (¡ay Damián que se acaba el chollo taronja!) y los que esperan poder seguir con sueldo y prebendas sin nada que hacer otros cuatro años (Bascuñana y Fernández los más vivos y mejorables ejemplos ). Pero, al final, nadie pensando en Pozuelo.
Pero qué se puede esperar de esta tropa si hemos pasado el año pre-electoral sin que Quislant haya recordado un solo día, como regidora municipal, las efemérides que por su trascendencia social, cívica e histórica no pueden caer en el olvido.
Es la desidia total. A los concejales solo les procupa cobrar cada mes puntualmente.
Pero, claro, si en el vigésimo quinto aniversario del mártir de Expaña y del PP Miguel Ángel Blanco, se le hace a hurtadillas un acto…¿cómo imaginarse rememorar otras efemérides, por importantes que parezcan?
Y así, desde el homenaje a la Bandera, con quince días de retraso, se inician citas y olvidos que muestran que, en nuestra Casa Rosada, lo mismo da Juana que su hermana porque sin fotos no hay paraíso. Lo que no lleve foto de Susana para llegar a Isabel, ni existe ni interesa.
Sorprendido estaba nuestro medio del olvido del día de nuestra Carta Magna (la que hasta hace poco nos hacía iguales a todos los expañoles y hoy esa igualdad ha desaparecido en función de ser mujer u hombre) mostrando el ¿monolito? que la recuerda en la “cementera” (otrora llamada Parque Adolfo Suárez) y que, al ver su estado, se ve el ejemplo vivo del significado que tiene para el PP pozuelero.
¡Imagínense, tras ver la foto del 40 aniversario de la Constitución, cómo será su recuerdo de las grandes citas en Pozuelo!
Por eso, obviar el día del voluntariado es una cosa menor y sin trascendencia, salvo para los necesitados… Y el olvido del día de la movilidad que se entremezcló con una fiesta de la bici casi ausente de vecinos. No por falta de bicis, sino por desinformación y urgencia en dar la sensación de hacer.
Así todo el año menos de las paellas a las fiestas (del Carmen y Patronales muy especialmente) porque al “pueblo” y a las Peñas hay que darles chicha y charangas que son la fuente del voto y, por supuesto, mucho Vive Pozuelo, cada día más patético y ridículo, que inmortaliza cada acto de la alcaldesa para oprobio de todos.
Pero estos olvidos, distinguida alcaldesa, siendo importantes no serían nada sino fuesen acompañados por los otros trescientos sesenta y cuatro restantes del año y que son espejo del abandono de nuestra ciudad en sus manos y que evidencian lo poco política que es usted.
Personalmente, me temo lo peor para esta ciudad que sigue sin candidato pepero (¿qué paracaidista traerán?), que mantiene al inútil de VOX (¿seguirán con el soterramiento de las vías del tren?), con un candidato socialista seguidista de Podemos (ese vídeo de la calle Emisora es un claro ejemplo) y sin la “troupe” naranja que se está disolviendo como un azucarillo en un zumo, solo me queda por decir:
Pobre Pozuelo de Alarcón, tan cerca de Madrid y tan lejos de Dios.
Alejandre