Previa de un Pleno Extraordinario sobre la reforma del ROP en el que no ocurrirá nada nuevo porque Quislant no quiere, pero marcará una tendencia política significativa

En esta previa que escribo sobre el Pleno Extraordinario de mañana en Pozuelo, seré breve. Sin más. Seré breve como dijo aquel gran poeta popular llamado Manuel Fernández Sanz, conocido en las tertulias literarias madrileñas como Manolito “el Pollero”. Cuando los escritores de su época le dieron un homenaje y le pidieron que hablase, Manolo se levantó y dijo: Seré breve. Sacó unos folios del bolsillo con toda la gesticulación propia del caso, los abrió, se ajustó las gafas y cuando todo el mundo sonreía ante la ocurrencia pensando que haría el gran discurso de su vida, Manolito dijo: ‘Feliz Navidad’. Y sentó. Un genio. Otro genio olvidado de los 50’.
Yo también seré breve, no merece la pena extenderse hoy, aunque no tanto como el ocurrente poeta, y no será por ganas. Pero ya he escrito mucho sobre el atropello político de la reforma del ROP y no quiero ser pesado. Ya es seguro, además, que la alcaldesa pasará a la Historia como la peor alcaldesa de Pozuelo. La peor, punto.
Y seré breve, además, porque de este Pleno Extraordinario, solo puede escribirse desde el punto de vista de su sentido político. O, mejor, desde la tendencia política que representa y eso, a mi entender, es demoledor para este Gobierno.
En menos de dos años, en el Ayuntamiento de Pozuelo se han celebrado ya dos Plenos Extraordinarios y eso es muy significativo. Algo debe estar haciendo muy mal la alcaldesa Quislant para que la Oposición se haya unido ya dos veces para obligarla a enfrentarse a su propia y deteriorada imagen. Porque estos Plenos Extraordinarios serían algo así como el espejo de la madrastra de Blancanieves en el que la bruja, dicho sea sin ningún doble sentido o intención, tiene que ver su propia fealdad política. Siempre política. Solo eso. No creo que la Oposición consiga otra cosa. Pero es muy importante.
Me ha llamado la atención de la convocatoria, aparte de aprobar el acta del Pleno anterior, que el único punto del día sea:
“SEGUNDO.- Acuerdos en relación al inicio del trámite de modificación del Reglamento Orgánico del Pleno y del Reglamento Orgánico de Gobierno y Administración de Pozuelo de Alarcón”.
Y el texto, en sí, me ha dado algo de yu-yu. Da la sensación de que todo viene masticado, ensalivado y que en el Pleno solo servirá agua para que la cosa pase con un traguito de esas botellas que tanto odia El Maquinista. Glub, glub. Ya está. Pasó. Volvamos ahora a la siesta. Ah, discutamos si el próximo Pleno lo celebramos en Jueves Santo o no. Ah, tampoco. Pues, vámonos.
No sé a qué acuerdo se ha llegado en la previa Junta de Portavoces, tendré que esperar al desarrollo del debate y a que los portavoces de la Oposición no digan: ‘me ratifico en lo dicho en la Junta’, aunque no sé por qué me parece que todo se va a ir al carajo. Me llegan campanas de que a la alcaldesa Quislant no le gustan los acuerdos cerrados con la Oposición (ay, Félix…Qué final tan amargo estás teniendo…) Y cuando a la ‘seño’ no le gustan los acuerdos, ahí acaban.
También será interesante saber qué pasa con los vergonzosos acuerdos del Pleno del mes de febrero. ¿Se los cargarán o seguirán su trámite administrativo? Si la Oposición no exige su derogamiento, habrán hecho un pan con unas milk, que diría Ulecia.
Y poco más. Creo que lo importante no es lo que salga del Pleno de mañana (las conclusiones se archivarán en la P de Papelera) sino la tendencia política que está generando este tipo de Oposición. Y las tendencias son básicas en los grandes cambios. Incluso, en la pérdida de mayorías absolutas. Toda piedra hace pared (Tota pedra fa paret …, dicen en Valencia)
Para terminar, aquí dejo un poema de Manolito “El Pollero” para que le conozca quien no sepa quien es y que bien podría servir de alegoría para el Pleno extraordinario de mañana. Se llama “Poema del niño y las ranas” y es demoledor:
“Al pasar junto a la charca
el niño me preguntaba:
-¿Qué son las ranas?
-Pues mira niño, las ranas…
-¿Y por qué saltan?
– Pues mira niño, las ranas…
-¿Y por qué cantan?
-Pues mira, niño, las ranas…
-¿Y por qué nadan?
¡Y no tuve más remedio
que tirar el niño al agua!”
El Capitán Possuelo