Puro Capricho: Quislant cesa a Augusto González la víspera de Nochebuena mientras se fotografía con su equipo “morituri” o juega a ser feliz con los trabajadores en la Copa de Navidad
El Ayuntamiento de Pozuelo es un auténtico caos. Ya se ha perdido el pudor, como dice el Capitán, y a la alcaldesa ya no le da vergüenza nada. Ella ya se ha convertido en una especie de emperatriz romana que lo mismo pone el pulgar de su mano derecha para arriba que para abajo. La vida profesional de las personas no vale nada. Es puro capricho.
Me cuentan y no paran.
El jueves dimitió Andrés Calvo Sotelo. Todo un símbolo. Se fue sin más. Como dice un amigo, estaba de la alcaldesa hasta los pulmones, esos que están bastante más arriba de los otros órganos donde parece que se nota antes el hastío. Y se fue de mala manera. O eso me dicen aunque ella lo disimulase en el Pleno. Otra cosa fue luego.
Porque a la alcaldesa de Pozuelo que dimitan los concejales que viven en la villa le trae sin cuidado. Debe ser que pactó la cosa con ERE (Enrique Ruiz Escudero). O, simplemente, que les caen mal.
Ese mismo día, a la salida del Pleno, me enteré que en Somosaguas, sector A, ha habido cuatro robos en el último mes. Cuatro. Y me contaron que no solo en Somosaguas sino también en Prado Largo, en Monte Alina y en varias urbanizaciones más.
Me dicen que algunos vecinos le pidieron a la jefa de policía Sonia Rodríguez, amiguísima ahora de la alcaldesa, que pusiera retenes de vigilancia disimulada en algunas urbanizaciones. A lo que ella contestó algo así como: No sé de qué os quejáis, en Madrid hay más robos. Ella estuvo destinada en Vallecas, claro. También es verdad que los puso. Tardó nueve días en ponerlos pero los puso. Cosas del ajuste de horarios, supongo.
Eso sí, la Policía Municipal se está hinchando a poner multas en las Viviendas Coca de la Piñera. Allí es fácil. Tan fácil como robar a una vieja, dice otro amigo mío.
Pero lo que ha hecho saltar todas las alarmas del caos ha sido el cese de Augusto González “Augustito”, aquel personaje que ella trajo a Pozuelo por recomendación de una amiga suya y al que le dio tanto poder que el hombre llegó a creerse vicealcalde. Sí, aquel que se cambiaba de chaquetas varias veces al día y al que Qusilant le subió el suelo hasta los 93.000 euros anuales porque lo valía. Augusto, entonces, era la pera limonera… Pero también aquel personaje que un día le cayó mal a la alcaldesa y pasó a ser el ‘fantasma’ de la Casa Grande, arrastrando su pena por los pasillos… Ya era un “apestado” funcionarial y la alcaldesa no quería saber nada, aunque a él, en el fondo le da igual, porque estaba muy “augustito” en Pozuelo con su sueldazo. Pues a ese, se lo cargó.
La emperatriz, en vísperas de Nochebuena (lo que no debe hacer ningún directivo de Recursos Humanos que se precie) puso el pulgar de su mano derecha hacia abajo y le cortaron la cabeza… Menudo trago para quien usase la guillotina…
Por lo visto el cese era confidencial… la alcaldesa no quería que se supiese… Total, Augusto ya no era nadie y a ella le gusta la oscuridad… Pero se supo. Lo contó el mismo personaje.
Y mientras esto sucedía en una esquina del Ayuntamiento, en la otra, la alcaldesa se fotografiaba con su equipo más cercano (Ave, Susana, morituri te salutant) y se vanagloriaba de ellos… “Sobrada” dice que va, en ese lenguaje vulgar que usa… Cobran, además, por ser buenas personas… Lo profesional es aparte…
En fin…
Pero lo que no acabo de creerme es que el jueves, en esa tradicional copa de Navidad que la alcaldesa le dio a los trabajadores del Ayuntamiento, se repartieran folios con la letra del villancico ‘los peces en el rio’ para que todos cantasen y realzar así el espíritu navideño. Alucino en colores. Esta mujer me tiene sin dormir… Se le ocurren cosas de peón caminero…
Si alguien se quedó con uno de los papelitos que nos lo mande…
Es más, me dicen también que, antes de la copa, sacaron una nota interior diciendo que los trabajadores que no fueran al Espacio Cultural Mira tenían que cumplir horario. Se supone que como había rumores de boicot, para que se amarrasen los machos si lo hacían… Cuesta creerlo pero me lo juran.
Lo mismo hasta pasaron lista… O, incluso, grabaron a los que se negaron a cantar el villancico…
Para darse chocazos con las farolas de la Plaza Mayor…
La Piraña del Meaques