En febrero habrá Congreso Nacional de PP: es el momento de iniciar los debates internos para mejorar el partido desde la libertad y la participación
He usado mi Rincón para opinar sobre diferentes temas de actualidad política. Hoy haré lo mismo. Pero hoy miraré hacia dentro. Hacia los míos. Hoy opinaré sobre el partido político en el que siempre me he sentido identificada. Hoy reflexionaré sobre su futuro. Nuestro futuro. Sobre esas propuestas. Esos titulares que quieren influirnos a todos. Y, hoy, seré crítica y haré autocrítica. Hoy hablaré del PP.
Si, amigos. Porque ahora toca. Todos los militantes del PP estamos llamados al próximo Congreso Nacional en el mes de febrero. Y yo me pregunto, ¿cuál será el papel que jugaremos cada uno de nosotros? Algunos ya descubren sus cartas.
Siempre he presumido que en mi partido hay democracia. Gana la mayoría. Hay debate. Hay libertad. Pero, lo más importante. Y, motivo de orgullo, que en mi partido seamos más de 800.000 personas las que un día decidimos apostar por el proyecto que representa el PP.
Aunque junto a ese sentimiento de orgullo no hay que olvidar que ha habido «garbanzos negros». Que nos han hecho daño. Han abusado del poder que tenían, unos corruptos y otros no tanto. Algunos han violado la confianza que muchos depositamos en ellos. Y, por último, algunos han faltado el respeto a lo más importante del PP. A los afiliados. A nosotros.
Pues bien amigos. Es hora de empezar a sentar las bases de un partido más moderno, más regenerador, más participativo, más real. En febrero será el momento de los grandes cambios. Según dicen algunos en los medios de comunicación. Primarias, más participación, incompatibilidad para ocupar cargos públicos o políticos o simplemente regeneración. Se necesita renovar. ¡Cambiemos todo! Seamos ¿revolucionarios?. Hagamos caso a los de fuera, a los que sólo quieren al PP fuera de la política. Hagámoslo. Seamos palmeros de los que quieren destruirnos. Algunos creen que así nos llevarían en la “buena dirección”.
Estoy contenta amigos. Mi partido va a cambiar!!!
La ironía es un recurso literario que no utilizo demasiado bien. Y hoy es uno de esos días que me encantaría ser irónica. Y no lo sé hacer. Os pido disculpas. Así que seré yo. Simplemente, yo misma.
Cada vez que oigo o leo a aquellos que critican todo y nunca han aportado nada, me dan ganas de sacar el listado de “beneficios” y “privilegios” de aquellos que ahora critican y antes, simple y llanamente, “chupaban”. Sin embargo, esto es la cara y cruz de la política. No nos deberíamos de sorprender, demasiado.
Vaya por delante que creo firmemente en todos los procesos de debate interno. No solo creo en ellos, los intento fomentar desde mi Rincón o los solicito, por ejemplo en mi ciudad. He contribuido a que, algunas veces, se debata sobre cuestiones internas. Y he apostado por seguir evolucionando en un partido que lleva haciéndolo casi cuarenta años. Y ahora también. Pero desde la realidad. No desde los titulares de prensa o las medias verdades.
Por eso espero que los que no están contentos, que se mojen. Que defiendan sus ideas. Su proyecto, si lo tienen. Donde deben hacerlo. En el Congreso del PP. Y, allí soliciten el apoyo de los militantes. Es simple y sencillo. Esto es democracia. Y además abierta.
Así es. Hoy cualquier militante que quiera ser candidato a la presidencia de mi partido puede serlo. Solo tiene que reunir 100 avales. 100. No son los 500 que se necesitan en Ciudadanos. Tampoco son los casi 10.000 del PSOE. Son 100. En mi humilde opinión el partido más importante de España lo pone fácil, muy fácil. Con más de 800.000 afiliados (8 veces más que el PSOE y con más de 30 veces el número de afiliados de Ciudadanos). Pero, cuidémonos de aquellos ¿militantes? que critican públicamente las normas de nuestros Congreso. Cuidado. Porque están mintiendo. Son ignorantes. O les faltan 99 votos para ser candidatos.
Lo más curioso de todo esto es que quienes critican este Congreso desde los micrófonos y columnas “editadas”. Nunca han hablado donde debían. Lo más curioso es que ha sido con Mariano Rajoy cuando los Congresos se abrieron a la participación de todos. Fue en el Congreso de Valencia. Y, lo más curioso, es que hoy escucho a algunos que hace poco te intentaban intimidar para que tu no hablaras y no reivindicaras RESPETO para los afiliados y para las sedes locales y, ahora, señalan a Rajoy como cerrado, caduco, que dificulta la participación y el representante de una etapa oscura de mi partido. ¡Vaya incoherencia!
¡Y con la que ha caído en Madrid! Muchas veces hemos tenido que tragar si o si con candidatos “impuestos” en municipios grandes y pequeños. Protegidos o apadrinados. Y algunos que aplaudían esto, piden…¡primarias!
Son tantas cosas, que una tiene que explotar. Simple y llanamente, me río.
La renovación es necesaria y debemos mejorar. Por supuesto. Pero renovemos lo que no sirva y mejoremos lo que no funcione. Así no volverán a repetirse “abusos”. Pero contemos la verdad. Yo jamás sentí anulada mi libertad. Nunca. Sentí otras cosas. Pero no eso. Siempre he tenido libertad. En el PP hubo, hay y habrá libertad.
Tenemos unas normas que fomentan la participación, tenemos congresos locales asamblearios, un militante un voto. El PP, en su evolución, ha suprimido obstáculos para que los militantes tengamos más presencia. Todos los miembros de los órganos colegiados de mi partido tienen voz. Pueden hablar. Otra cosa es que no lo hagan. Y el PP de Mariano Rajoy ha permitido la coexistencia de aquellos que han criticado abiertamente a la dirección nacional o al Gobierno, en contra de nuestros Estatutos, en los medios de comunicación. No donde correspondía. Allí callaban. Otorgaban.
Hablemos claro. Este Congreso es tan necesario como los anteriores. Los afiliados, de una manera u otra, estaremos implicados en la medida que queramos estarlo. No es una novedad en mi partido que haya libertad, la ha habido siempre. Y que algunos quieran aprovechar esta coyuntura para seguir rellenando titulares es simple y llanamente “ruin”.
Todo aquél que quiera participar en el Congreso puede hacerlo. Y todo aquél que crea que deben cambiar normas de los Estatutos o principios de mi partido, podrá hacerlo y defenderlo, donde toca. Porque solo allí. En el Congreso. En un plenario. Los militantes del PP decidirán, o decidiremos, qué partido queremos.
Yo sólo espero que los cobardes de antaño se descubran. Propongan sus proyectos en sus sedes y debatan con quienes no pensamos como ellos. Porque es en las sedes donde están los afiliados y es allí donde se deben debatir los temas internos. Después dejemos que los afiliados elijamos a nuestros representantes en el Congreso. Y, en el Congreso, que se estudien las ponencias que proponga cada equipo y luego aporten ideas para mejorar. Y, por último, que convenzan a la militancia allí presente.
No olvidemos que las ocurrencias de 10 iluminados deben ser aprobadas por más de 3.000 personas. Puede que los 10 iluminados sean más listos que el resto. Pero, también deberíamos valorar otra opción. A lo mejor quienes están equivocados son ellos. Y eso solo lo sabremos si los que critican “mediáticamente” al PP se atreven a presentar una alternativa.
Amigos. El PP es muy grande. Somos muchas personas. Muy diferentes. Con ideas distintas. Con enfoques diferentes. El PP defiende la libertad y no quiere un pensamiento único. Por eso, todos deberíamos unirnos en el RESPETO por aquellos que han defendido nuestras siglas, nuestro país y nuestra libertad. Me siento orgullosa de mi partido y la grandeza que demuestra cada vez que se adapta a tiempos nuevos. En febrero habrá un nuevo Congreso. Otro más. Y allí todos tendremos voz. Allí todos podremos, directa o indirectamente, proponer.
Yo no me cierro a ninguna propuesta. Y, si puedo hacerlo, defenderé las mías. Creo que hay que mejorar. Pero mis propuestas se harán donde corresponde, si puedo. Y en mi libertad os digo que seguiré apostando por quien ha pilotado nuestro avión, sin estrellarnos, a pesar de todo el “pirateo” al que ha sido sometido. Seguiré confiando en Mariano Rajoy, si confirma que se presenta.
Seamos serios y no volvamos a caer en la tentación de jugar con los afiliados. Respetemos a nuestro partido. Respetémonos. Dejémonos de guerras personales. Centrémonos en el proyecto. Sumemos y debatamos donde toca.
Gracias.
Yolanda Estrada