A la alcaldesa Quislant se le olvida que hay que aprobar los presupuestos antes de finalizar el año y ahora, deprisa y corriendo, los quiere aprobar a martillazos

El Gobierno de la alcaldesa Quislant vuelve a tomarle el pelo a los pozueleros con los Presupuestos de 2017. O mejor, la alcaldesa Quislant, ella solita, vuelve a insultar la inteligencia de los contribuyentes retrasando sin justificación posible la aprobación de los Presupuestos 2017.
Y digo ella solita porque, en ese Gobierno, nadie tiene la menor iniciativa. Nadie mueve un dedo sin que ella lo diga. Y, claro, eso acarrea problemas. Si Quislant anda tan atareada mediáticamente como parece, de bolo en bolo, es normal que se le olvide que había que hacer los presupuestos de 2017. No hay otra explicación posible.
También puede ser que la atareada sea Isabel Pita. La conspiración entretiene mucho y la vida político-sentimental, más. Lo cierto es que a esta famosa ciudad, por la pasta de unos pocos, le van a aprobar unos presupuestos a la carrera.
Pero ¿qué más da si se van a aprobar a mano alzada y luego se va a hacer con ellos lo que realmente quieran? Porque, vecinos, los presupuestos de Pozuelo se hacen en el día a día a lo largo del año… Si hay que recortar de aquí para poner allí, se recorta. Si hay que modificar una partida porque, en esa improvisación constante con la que se gobierna, se necesita pasta allí, se modifica y a otra cosa mariposa.
En esta ciudad los presupuestos anuales son abiertos (aportación de Quislant a la política mundial) y se van haciendo a la medida de las necesidades diarias. Y si, al final de año, sobra dinero pues, mira, mejor. Es más, Pita está segura de que, en 2017, volverán a dar superávit. Es un nuevo concepto de presupuestos. Un desatino, vaya.
Cómo me gustaría que cada concejal expusiese y defendiese su proyecto y el dinero que tiene para llevarlo a cabo ante los vecinos. Pero esa es una utopía. Los concejales del Gobierno de Pozuelo ni tienen proyecto, ni saben el dinero que tienen y “cállate y no protestes que me tienes muy harta”.
El dinero de los contribuyentes va en esta ciudad a donde se le ocurre que debe ir a la alcaldesa. Tiene más modificaciones presupuestarias que badenes sus calles. Los concejales del Gobierno de Pozuelo solo hacen bulto en el Pleno, preguntas onanistas y levantan la mano para votar. Al final 65.300,30 euros al año y a comer a casa.
Si en este momento, preguntásemos a cualquiera de los concejales, incluidos los validos, sobre el presupuesto que van a manejar en 2017, ninguno sabría decir con cuánto dinero cuenta. No lo saben. Seguro que contestarían que cuentan con el que “me vayan dejando”. Y así todo.
También es verdad que la Oposición se lo consiente. Sabe que no puede hacer nada contra la mano alzada de 14 concejales y eso le produce melancolía. Aunque pienso que algo más podrían hacer.
Somos Podemos o Pozuelo, que ya no se sabe quién es quién en ese grupo, está más pendiente de los problemas internos que tiene Podemos en Madrid que de otra cosa. Su líder mediático, a la fuerza, solo vive para apoyar a los suyos. Ay, qué mala suerte ha tenido arrimándose a Monchito. Pensaba que apostando a Iglesias, caballo ganador, era lo que le convenía para seguir medrando en la política y resulta que el tal Espinar es casta en grado superlativo y todo salta por el aire. Total, que su grupo tiene que andar buscando gente para que le dé ideas para presentar como modificaciones, eso sí, “fruto del trabajo colectivo” y vendido como “presupuestos participativos”, que queda la mar de bien. En realidad, sólo es “a ver si alguien nos echa una mano que esto es un coñazo”.
De lo que queda del PSOE de Pozuelo, tengo poco que decir. Con la Secretaria General de la Agrupación echada al monte podemita de Pedro Sánchez, Helio viviendo para el monte real y Elena buscando casa barata, creo que al bueno de Bascuñana bastante le queda con mantener el tipo.
Ciudadanos, por su parte, aunque se quejen algunos de que en el ranking de grupos vayan los primeros, son los únicos que se están tomando con cierto interés los presupuestos 2017. Pero ya saben también que tienen poco que hacer. Por una parte, saben que será inútil su trabajo porque Quislant los tiene enfilados y mandará votar contra ellos y, por otra, porque desgraciadamente se han dado cuenta de que después, a lo largo del año, modificarán los presupuestos al antojo de la improvisación y con la proverbial opacidad pozuelera será imposible seguir esas modificaciones. Total, que están al borde de la hipocondría.
Y esta es la situación actual de la política pozuelera. Estamos en el momento más importante del año ya que los presupuestos son los que marcan las líneas políticas del Gobierno para el año que viene pero que a Quislant se le ha olvidado que tiene que sacarlos adelante.
Y los sacará. A martillazos. Es lo suyo.
El Capitán Possuelo