El espinoso caso Espinar. Un artículo de Tono Rueda

La vida es una sucesión de desengaños, todos nos vamos dando cuenta, poco a poco, gota a gota.
Estos días les toca el turno a los que pensaban que Podemos era un partido distinto, que de verdad eran los adalides de la justicia social. Y es que si lo fueran Ramón Espinar no hubiera debido durar ni un segundo como miembro de ese partido después de salir a la luz el caso de su especulación inmobiliaria.
No pasa nada, es un ser humano como todos los demás, el caso no le convierte en un demonio, pero sí en un hipócrita. Y en política la hipocresía debería estar penada.
Curiosamente se dan en este caso todos los ingredientes de la crisis de valores que padecemos en España y que nos está llevando a una deriva lamentable.
El familiar, padre, en este caso, bien colocado, que puede orientar un beneficio sobre su hijo, prestarle un dinero mientras se beneficia de la acomodaticia tenencia de una tarjeta black. Puede que o se sacara el dinero directamente para el préstamo, pero tener esa fuente de dinero permite ahorrar un dinerillo para prestar a los hijos.
Conseguir que sea beneficiario de una selección de clientes a los que ofrecer una vivienda en condiciones privilegiadas, sin entrar en concurso ni ningún tipo de concurrencia… ¿A quién no le gustaría que llamaran a su hijo para ofrecerle una vivienda en condiciones económicas ventajosas?
Algún tipo de influencia sobre las entidades bancarias para que le concedan una hipoteca cuya cuota supera con creces los ingresos mensuales… Ya me hubiera gustado a mi, como a cualquiera, que en el año 2011 (no estamos hablando de los años locos hipotecarios) que los bancos fueran tan magnánimos a la hora de conceder préstamos como en este caso.
Todo esto no extrañaría, lamentablemente, si estuviéramos hablando de un miembro del Partido Popular, o del Partido Socialista, o incluso de Izquierda Unida, al fin y al cabo todos estuvieron metidos en el berenjenal que nos ha traído aquí. Pero no, se trata de un miembro de Podemos, una persona que hace bien poco decía que la vivienda no era un bien cualquiera con el que especular, sino un derecho universal. Pero que cuando tuvo una en sus manos, sin familia, sin obligaciones, no pensó en sus iguales, sino en sacarle un beneficio. Que no ha habido un beneficio, sino una diferencia de precio entre la compra y la venta dice, sólo le ha faltado decir que la diferencia era simulada y en diferido… Pero estoy seguro que en la lista de espera de esas viviendas había alguien con auténtica necesidad de acceder a ellas y sin ningún padrino que le procurase un lugar privilegiado y un trato preferente de los bancos.
Estoy seguro de que buena parte de sus compañeros se avergüenzan de la situación. En todas partes hay buena gente, gente idealista que no persigue el beneficio propio y que de verdad se cree que la política consiste en buscar el beneficio de la sociedad. En todos los partidos, incluso en el PP, en el PSOE, en IU, a pesar de la forma en que han actuado los partidos como instituciones.
Podemos se ha subido al carro rápidamente. Ya ningún defensor de este partido podrá exhibir el concepto de casta. Han entrado por la puerta grande, y con mochila. Ya no valen excusas.
Vale que la publicación de la noticia sea una injerencia en las primarias, eso no resta veracidad a la misma. Vale que otros hayan cometido auténticas atrocidades en nombre de la democracia, pero que haya algo no peor no vuelve bueno lo malo. Lo que es malo es malo, lo que es mentira es mentira.
En esta triste sociedad que tenemos se puede ser ministro de Hacienda debiendo dinero al fisco, es lamentable pero es así, pero no se puede convencer de una superioridad moral sobre los demás mientras se hace eso.
Podemos no es más que un relevo generacional, que no moral.
Como se ha repetido tantas veces sin mucho éxito: “El rey está desnudo”
Tono Rueda