La nueva legislatura va a ser complicada y las decisiones internas del PSOE influirán mucho en el futuro pero Rajoy ha demostrado ser valiente
Todo parece indicar que, por fin, habrá investidura. Las informaciones apuntan a que así será. Y que los españoles evitaremos ir a esas temidas Terceras Elecciones en el mes de diciembre. El martes, Mariano Rajoy aceptó el encargo del Rey y será, otra vez, candidato a una investidura. Todos esperamos y necesitamos que no haya sorpresas y que el sábado los españoles tengamos ya un Presidente del Gobierno en España.
Ya sabéis, los que me leéis, que yo no soy partidaria de un Gobierno sin pacto de estabilidad. Y no he cambiado de criterio. En absoluto. Por desgracia esto supondrá una legislatura muy complicada, no sólo para el Gobierno, sino para todos los españoles. Y preveo, espero equivocarme, Elecciones Generales en unos meses. Será imposible llegar a acuerdos con otros partidos. Unos, porque no se quitarán esa careta mediática que les caracterizan y seguirán siendo simples calculadores de votos. Esto en el mejor de los casos. Porque, otros partidos, es muy difícil que abandonen posturas radicales. De odio y enfrentamiento. Y, desde mi humilde punto de vista, hará que dentro de seis meses el Gobierno tenga que tomar decisiones.
Pero Rajoy ha accedido y yo le aplaudo por ello y le respeto por su valentía. Sabéis que mi defensa es absoluta hacia Mariano Rajoy. No soy objetiva, pensaréis. Sin embargo es evidente su seriedad, su equilibrio, su moderación y, fundamentalmente, es el único candidato que ha priorizado los intereses de los españoles por encima de los suyos o de mi partido, el Partido Popular. Por eso aplaudo su decisión.
Amigos, Rajoy ha aceptado una responsabilidad envenenada. Pero, una responsabilidad que los españoles clamábamos, en silencio, pensando que esa era la solución a los problemas que tenemos todos. No sé si la medida será la adecuada, lo que sí sé es que el PP ha demostrado, una vez más, que su compromiso es con las personas. No lo es ni con los medios de comunicación, ni con empresa de grupos “x”, ni con países bolivarianos, ni con expectativas electorales. El PP está comprometido con nosotros y esto es un orgullo para los que defendemos el proyecto del Partido Popular, estemos cada uno donde estemos.
También reconozco que quizás Rajoy no ha recibido una ovación pública por su gestión ni hoy ni ayer; sin embargo, creo que será ese gran Presidente de Gobierno, que algún día, los libre pensadores, intelectuales, la sociedad e incluso los medios de comunicación acabarán reconociéndole como el mejor político español en estos casi 40 años de democracia. ¿Quién hubiera aceptado este papel difícil y arriesgado? Alguien como él. Gestor. Antidemagogo y muy poco dado a la “popularidad mediática”. Que apuesta más por la “popularidad de la gestión”. ¿Quién? Sinceramente, creo que nadie. Porque hacer política, amigos, es tomar decisiones y defender proyectos. Y eso es lo que hace Mariano Rajoy. Otros políticos han decidido hacer “la tele”. “Shows”. Titulares. Y ser “guays” para el gran público. Pero lo que importa es lo que se hace, no lo que se dice. Y por eso unos son aplaudidos internacionalmente y otros ni se les conoce, ni se les espera, ni confían en ellos.
Es evidente que el PP lo va a tener difícil y tendrá que dialogar mucho o al menos intentarlo como lleva haciéndolo más de 300 días. Pero será el PSOE quien deba decidir hasta qué punto quiere implicarse con los españoles. Hasta qué punto apoyará a un Gobierno separándose así de la radicalidad de los grupos comunistas y de aquellos que hasta dentro del PSOE siguen agitando odio y radicalidad. El PSOE será clave en esta nueva legislatura. Y yo deseo que se organicen y que retomen su camino hacia esa socialdemocracia que ha servido en nuestro país para que haya una convivencia pacífica. Una socialdemocracia que ha convivido con un partido que aglutina a conservadores, democristianos y liberales. Ideologías que juntas han caminado por diferentes senderos, pero siempre con moderación y respeto.
Y estamos ante la fotografía de siempre.
Por un lado, sigue el pluscuamperfecto de Albert Rivera ofreciéndose como mediador. Este político no se ha dado cuenta, aún, que no ha sido necesario para que el PSOE cambie de rumbo. Pero tenía que soltar su titular. Estaba deseándolo, amigos. En fin, comentarios a parte. Creo que Albert Rivera ha suspirado de alivio al confirmar que no habrá Terceras Elecciones en diciembre. No por nosotros, los españoles. No nos equivoquemos. Suspiró porque sus expectativas electorales no eran muy buenas. Está contento Rivera. Creo que tendría que haber dicho. Apoyará la investidura por sus motivos reales, así sería más creíble. Porque no podemos olvidar que para él aquel pacto de investidura acabó en aquella votación, lo repitió hasta la saciedad. ¡Qué rápido ha vuelto a cambiar de criterio! Pero bienvenido, Rivera, una vez más. Veremos a ver qué hará Ciudadanos en su “elegido” papel de oposición. Aunque muchos ya lo sabemos. Y lo contamos.
Pero, por el otro. Por el lado radical. Antidemocrático. El más peligroso de todos los lados. Está UNIDOS PODEMOS. Los escraches. Las amenazas. Las convocatorias para Rodear el Congreso contra una investidura. Están aquellos que quieren acabar de una manera u otra con nuestro sistema democrático. Están los que siguen fomentando el odio, la división, la no aceptación de los resultados electorales. Están aquellos que tienen cinco millones de votos y que deciden quienes son los buenos y quienes los malos. Cuidado. Aquí está el peligro.
Señores de esa izquierda radical. Señores de la intolerancia. Señores populistas. Demagogos. Antisistema. Palmeros de gobiernos no democráticos. Señores opacos. Señores. Yo soy MALA. Estoy entre esos que etiquetáis como los malos. Entre esos que ustedes han colocado el cartel de malos porque acepto los resultados electorales, porque respeto y acato nuestro sistema. Respeto las decisiones judiciales, condeno la violencia siempre, condeno el uso de las armas y si es para defender ideas políticas, más. Condeno los asesinatos, defiendo la unidad de España. Soy MALA porque creo en los españoles, porque les respeto. Creo en la pluralidad política. En la moderación. Y, fundamentalmente, soy MUY MALA porque creo firmemente en la libertad. Y nuestra libertad correría un grave peligro si “potenciales dictadores” alcanzaran el gobierno. Y esto es muy serio. Aunque esos potenciales dictadores sean los buenos.
Si. Podemitas, unidos o desunidos, en marea o no. Según ellos, yo soy MALA. Y, me encanta serlo. Sobre toda contra personas como ellos.
La legislatura va a ser complicada y las decisiones internas del PSOE influirán mucho en el futuro que nos espera. Democracia, respeto y libertad. O, por el contrario. Antisistemas, intolerancia y odio. Pero, estemos contentos, en diciembre no votaremos.
Gracias.
Yolanda Estrada