Uniendo el poder de millones de mentes humanas
En el mundo actual, hay organizaciones silenciosas que están intentando unir los esfuerzos de toda la Humanidad para nuestro beneficio colectivo. Todos sabemos el poder de las más conocidas. En el mundo actual tenemos a las Naciones Unidas (ONU) y sus numerosas agencias (UNICEF, OMS, FAO, etc.); la Unión Europea (UE), en la cual muchos países del Continente nos estamos beneficiando desde hace años; la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización Mundial del Comercio, la Liga Árabe, la INTERPOL, la Mancomunidad Británica de Naciones, y un largo etcétera.
Pero muchas veces apenas prestamos atención a iniciativas cuyos embriones son los que realmente están llamados a cambiar el mundo. Así sucedió en su día cuando sin que nadie imaginara las tremendas consecuencias,Tim Berners-Lee parió lo que hoy conocemos como Internet, sin duda la creación anónima y anárquicamente organizada que, sin embargo, más ha alterado nuestras vidas cotidianas.
El otro día caí por casualidad en una de las interesantísimas conferencias TED. Y la verdad es que hubo una que me llamó muchísimo la atención: “Utilizando el poder de millones de mentes humanas”.
El ponente era un joven guatemalteco llamado Luis von Ahn, profesor de ciencias de la computación en la prestigiosa Universidad Carnegie Mellon, creador de los CAPCHA, y más recientemente, de los cursos gratuitos de idiomas Duolingo.
En dicha conferencia, Luis von Ahn relata cómo se le ocurrió crear los CAPCHA, esas letras deformadas que nos piden interpretar para acceder a ciertas páginas Web con el fin de asegurarse de que quien entra en ellas es un ser humano y no una computadora, la cual podría perfectamente leer los caracteres si estos estuvieran escritos con una tipografía normal. Cuenta también como calculó que diariamente los usuarios escribían más de 200 millones de Capchas, en cuya tarea invertían (y desperdiciaban) más de medio millón de horas cada día. “¿Cómo se podría invertir todo ese esfuerzo en beneficio de la Humanidad?”, se preguntó von Ahn. ¿Y cuáles de los problemas colectivos gigantescos que nos aquejan podrían ser subdivididos en pequeños fragmentos y resueltos por todo ese gran colectivo humano para luego unirlos todos en una solución final?
Bueno: Una de las tareas sería transcribir en formato digital TODOS los libros del mundo que se hallan escritos en letra impresa. Al fin y al cabo, lo que hace un programa de Reconocimiento Óptico de Caracteres (OCR) es justamente eso. Tratar de reconocer qué letra exactamente está leyendo, tarea extremadamente difícil si los el libro es viejo o mal impreso y los caracteres están deformados o medio borrosos. Y eso es lo que también hace un ser humano cuando “traduce” un Capcha, pero como hemos dicho, con mucha mayor eficiencia que la máquina.
Así que von Ahn propuso a la gente que le ayudaran en tan ingente tarea. Asegura que hasta el momento 900 millones de personas (13% de la población mundial) lo han hecho “traduciendo” al menos una palabra procedente de algún libro que originalmente era casi ininteligible. El inteligente investigador guatemalteco relata que en casi todos los grandes proyectos de la Humanidad, ya fueran las Pirámides de Egipto, el Canal de Panamá o poner un hombre en la Luna, han colaborado un número aproximado de unas 100.000 personas. Cifra que palidece ante esos 900 millones de colaboradores para los cuales digitalizar toda la producción escrita de la historia comienza a revelarse como una tarea posible.
No es ésta la única tarea colectiva que se plantea actualmente la Humanidad. En la mente de todos está en proyecto pionero SETI@home, en el cual millones de ordenadores personales que se ofrecen voluntariamente procesan fragmentos de información obtenida por radiotelescopios que sondean el Cosmos en busca de señales electrónicas procedentes de inteligencias extraterrestres, permitiendo así una potencia de cálculo sumada igual o superior a la de muchos supercomputadores. Este tipo de computación grid o “en malla” se está aplicando hoy en muchas investigaciones, ya sea en medicina, biología molecular, física de partículas u otros varios campos de la ciencia.
¿Mi conclusión personal? La de siempre: En el futuro no serán los políticos ni otros mandamases quienes sólo se beneficien de nuestra potencia de trabajo. Seremos nosotros, todos, la gente común y corriente los que aceptaremos trabajar voluntariamente en supertareas ejercidas para el beneficio de toda la Especie Humana. Y lo haremos simple y llanamente porque nos dé la gana.
Para demostrar de una condenada vez por todas que deseamos que sean nuestros impulsos solidarios y cooperativos los que primen sobre los defendidos por quienes creen que en la búsqueda de su beneficio personal, el fin siempre justifica los medios.
Ahora sí que necesitaremos que la Fuerza (la nuestra) nos acompañe.
Abelardo Hernández.
“Utilizando el poder de millones de mentes humanas”
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