La Alcaldesa de Pozuelo remodela su Gobierno y se equivoca al relegar a Eduardo Oria a un segundo plano en favor del antiguo equipo de Paloma Adrados

Una crisis de gobierno tiene muchas lecturas y se puede interpretar de mil maneras, pero al final del camino lo que realmente importa es como se reparte el poder entre los distintos concejales, en este caso, al tratarse de un Ayuntamiento.
Pues bien, Susana Pérez Quislant en su último remodelación acaba de cometer un gran error, al intentar salvar la legislatura y su carrera política, relegando a su persona de confianza, Eduardo Oria, en favor del antiguo equipo de Paloma Adrados.
No deseo entrar en un juego de nombres y puestos porque no me quiero desviar del tema, pero claro está que cuando tienes el poder todos te sonríen, pero eso no quiere decir que por detrás no te estén cortando el césped debajo de los pies. Digamos que es la regla básica de la política, al suelo que vienen los míos.
Eduardo Oria fue el fichaje estrella de Quislant para la lista de Pozuelo, ya que Tejero venía recomendada por ser una “gran” especialista en temas de Urbanismo. Oria era y es su persona de confianza que ha desarrollado su labor dentro de lo esperado. Es decir, ha cumplido con su mentora. Lo cual ya es mucho decir en estos casos.
Sin embargo la Alcaldesa se equivoca y mucho al no haber promocionado a Oria a una Tenencia de Alcaldía y posiblemente ampliado sus competencias. No quiero entrar en detalles porque tampoco estoy aquí para ser su asesora, pero sí quiero dejar claro que lo de Pablo Gil me parece un movimiento acertado. Algunos deben de estar disfrutando de lo lindo de su candidez. Tómense un gin a mi salud cuando lo celebren.
Julia Merino