Primera crónica del baño que la oposición le dio al Gobierno en el Pleno de septiembre y que sacó de quicio, otra vez, a la alcaldesa Quislant que abusó de su status

El Pleno de este mes de septiembre ha sido tan rico en matices y gestos que se necesitarán varios artículos para contarlo todo. Pediré a algunos colaboradores que me ayuden. Hoy, esta crónica a vuela pluma será muy general. Mañana comentaré las mociones y, si hay espacio, las preguntas.
Y es que todo ha sido muy divertido. Desde el minuto uno en la Sección Resolutiva hasta la Declaración Institucional sobre el Terremoto, en la que yo no había caído en la previa que hice. Hacía mucho tiempo que no veía, con tanta claridad y profusión, como la Oposición machacaba al Gobierno. Le ha dado leña de todo tipo. Se veía venir. Era lo normal. La Oposición trabaja y el Gobierno reparte caldereta.
Los miembros del Gobierno que hicieron de sacos de boxeo fueron: Eduardo Oria, Carlos Ulecia, Félix Alba e Isabel Pita. En algunos momentos dieron pena. Menos mal que la alcaldesa Quislant aún no ha decidido bajar a la lona y ser ella la portavoz del Gobierno en los debates porque hoy habría salido malparada. Salió en cualquier caso. En un momento dado, la alcaldesa no pudo contener y, en su línea habitual, abusó de su estatus y, cómo no, le echó una bronca intempestiva a Berzal. Perdió los papeles de nuevo. Qué gritos. Qué ira. ¡Qué conste en acta! La accidental está haciendo buena a la Olvidable.
Tiene gracia que estos concejales citados, cuando se encuentran en apuros, recurran a lo que hacen los partidos de la oposición en Madrid o en España. Se ven, claramente, sus lagunas o su falta de preparación de tema. O, lo que es peor, su incapacidad política.
Ha habido momentos maravillosos a lo largo del Pleno. Por ejemplo, la defensa que Isabel Pita hizo de la participación ciudadana en la elaboración de los presupuestos generales a través del Buzón del Ciudadano, o del Buzón de la Alcaldesa, o en las reuniones de los concejales con los vecinos o en las alegaciones de los contribuyentes (La palabra contribuyentes no le gusta a Félix Alba, debe ser porque le recuerda quién paga su sueldo). A Pita, en definitiva y en su endeble argumento, le faltó citar Los desayunos de la alcaldesa. Luego se lo recordó el portavoz de Somos Pozuelo con mucha ironía. Maravilloso momento.
Isabel Pita cuando se aleja del terreno técnico, se pierde. Lo suyo no es la política. O al menos la política plenaria. Lista chica. A ella le gusta moverse en otros terrenos.
Otro momento fue cuando Carlos Ulecia dijo que todos los miembros del Grupo Popular viven en Pozuelo pero no duermen aquí. Fue genial. Se le olvidó decir que dormir fuera lleva consigo no pagar los impuestos en Pozuelo. Alguna, como la alcaldesa, ni durmiendo en Pozuelo. Y el colmo de los colmos llegó cuando Ulecia, encima y después de vanagloriarse de ser del barrio de la Estación, dijo que vive en Majadahonda. ¡Qué bonito!
Más momentos gloriosos:
El zasca que le pegó Adolfo Moreno a Eduardo Oria en la moción de los límites de Pozuelo, recordando su patética intervención hace meses hablando de lo mismo. O cuando escenificó una llamada al mejor estilo de Miguel Gila que cabreó y desorientó a Félix Alba. Ay, Félix, que triste es eso de echarle la culpa a los tuiteros de la estupidez de moción que habéis presentado al Pleno reclamándole a Madrid el arreglo de la zona de El Barrial. Estás viejo, chico. Se te agotan los argumentos. Aunque debo reconocer que no era fácil defender una estupidez.
Me ha encantado comprobar la resurrección política de Maite Pina. Sus intervenciones han sido fantásticas. En la moción de los límites, ofreciéndose de celestina política con el ayuntamiento de Madrid. Pero, sobre todo, cuando demostró con documentos la desidia del Gobierno en el caso del Parque Cerro de los Perdigones. Les dolió. A Oria lo planchó.
Pero todo se eclipsó cuando llegó Berzal y propuso una moción para crear una mesa de trabajo para la programación y seguimiento del nuevo Plan Prisma. Oria se fue por los cerros de Úbeda y no contestó a la moción. Hizo el clásico tres catorce. Puedes preguntarme lo que quieras que yo solo vendo manzanas. Qué poca vergüenza.
Como era natural, el portavoz de Ciudadanos, lo achicharró en la réplica. Con escarnio. Era la ultima intervención del debate y uso armas del PP. No le iban a replicar y se recreó. La alcaldesa se moría. Le estaban sacudiendo a su ojito derecho más que a una estera. Al final no pudo más y abusó. «Usted abusó… Sacó provecho de mí, abusó…» Su intervención me recordó aquel maravilloso tema de la no menos maravillosa Celia Cruz… Solo que Quislant hizo, una vez más, el ridículo. Esta señora nunca está a la altura que se le exige.
Pero aún quedaban las preguntas. Fueron fantásticas. Espero comentarlas mañana. Hoy solo adelantaré la pregunta onanista que hizo Oria. ¿Oria otra vez? Oria otravez. Y se la hizo a Carlos Ulecia. Ulecia, en la respuesta, entró en clímax y se le olvidó todo. Contó una película sobre lo que pudo haber sido y no fue. Incluso, dijo que la Plaza Mayor estuvo llena durante el Pregón.
Mañana, más.
El Capitán Possuelo
Buen artículo. He visto el pleno y la verdad es que ha sido de vergüenza ajena. Será por temas que hay en Pozuelo para presentar que mociones absurdas. Por una vez diré que la oposición se lo ha currado.
Muchas gracias por su participación. Saludos