La ridícula lucha entre Adrados y Quislant durante el Pregón de Bertín Osborne por NNGG de Pozuelo resultó ser lo más entretenido del fallido acto

Como en todos los actos políticos que últimamente se celebran en Pozuelo, lo más divertido de todo el fallido Pregón de Bertín Osborne fue la risible lucha, con matices infantiles, que sostuvieron Paloma Adrados y Susana Pérez Quislant.
Cuentan y no paran en el PP de Pozuelo y en el PP regional sobre lo sucedido.
De todos es sabido la pelea que tienen estas dos políticas por el liderazgo del PP en Pozuelo desde hace un año. Pelea curiosa porque ninguna de las dos quiere a esta ciudad. Las dos vinieron castigadas a Pozuelo. A Paloma le faltó tiempo para huir. Y a Susana le falta tiempo para quererse quedar.
Pero, desde el verano de 2015, la que huyó quiere volver y la que vino en el puesto número 11 de la lista electoral de 2011 se agarra a un clavo ardiendo para quedarse porque le ha ido estupendamente en esta ciudad.
Tanto Paloma como Susana saben ahora que no volverán a ser alcaldesas de esta ciudad pero ambas quieren el poder que les otorgaría hacerse con la presidencia del PP de Pozuelo.
Así las cosas, una de las piezas más cotizadas del PP de Pozuelo es el control de Nuevas Generaciones, uno de los grupos más homogéneos y activos del partido.
Resulta curioso que Paloma Adrados nunca se ocupó de estos jóvenes durante su época de alcaldesa y Susana Pérez Quislant lo único que ha hecho ha sido maltratarlos. Entre otras cosas, nombrando como tercer jefe de su Gabinete al presidente de las Nuevas Generaciones de Majadahonda que ¡manda güevos la cosa!
Cuento todo esto para situar las grotescas escenas que se produjeron durante el malogrado Pregón de Bertín Osborne.
Paloma Adrados, como Presidenta de la Asamblea de Madrid, era la máxima autoridad junto a la alcaldesa de Pozuelo del acto. Por encima, por supuesto, del consejero González Taboada. Pero a la Presidenta de la Asamblea apenas se la vio. Un grupo de concejales, colocados estratégicamente, no la dejaron asomarse siquiera para que no la viera nadie. Concejales, dicho sea de paso, que hace poco más de un año despotricaban de Quislant hasta el agravio y que hoy se humillan de forma vergonzante ante ella.
El caso es que la línea de concejales dejó a Paloma fuera de combate. Pero Adrados no venía a exhibirse sino a hacer una clara labor de zapa política con los chicos de Nuevas Generaciones y ahí es donde se produjeron los momentos álgidos de la ridícula lucha.
Me cuentan detalles maravillosos del desprecio que se tienen mutuamente pero lo más divertido fue que, en un momento concreto, la ex alcaldesa de Pozuelo decidió reunirse con los jóvenes del PP para hacerse una fotografía con ellos y presumir de ella. Quislant quería la foto con Bertín y ella la quería con el colectivo más importantes de miembros del PP que votarán en la Agrupación pozuelera dentro de unos meses. Y a ser posible con el consejero de testigo. Era importante que también saliera en la foto.
Paloma quería mostrar su fortaleza en dicho grupo. Pero, al final, no se la pudo hacer sola. Cuando ya estaba todo a punto para el click, se presentó Susana que había sido avisada por uno de sus fieles. Llegó tan corriendo que no le dio tiempo a colocarse en el centro del grupo junto a Paloma y, por eso, en la foto está en uno de los lados… Fue de lo más divertido. Pese a ello, había ganado Adrados.
A Paloma le faltó tiempo para publicar dicha foto en las redes sociales.
Pero ahí no terminó el tema. Como esa batalla la había ganado Paloma con claridad y Susana estaba muy cabreada, la actual alcaldesa esperó a que todo el mundo se hubiese ido, reunió de nuevo a todos los jóvenes de Nuevas Generaciones en la puerta del Ayuntamiento y se hizo una foto con ellos. Pero ella sola. Y también le faltó tiempo para publicarla en las redes sociales…
Todo un espectáculo… O, mejor, todo un drama.
Lo que no saben ambas políticas es que son pasado en Pozuelo. En el PP y en el Gobierno. Es un problema de tiempo.
El Capitán Possuelo