Pregón de la Consolación: el balcón de todos… garantía del PP

Quién podía imaginar que tras tantos ríos de tinta, disputas y firmas “Change.org-eistas incluidas”, el balcón municipal se quedase pequeño, para que gobierno municipal, oposición, pregonero, partícipes de Peñas, funcionarios de élite y demás integrantes del ámbito social, económico y cultural de Pozuelo – fans del Sr. Osbone incluidos – se disputasen sitio, espacio y visualización vecinal incluida, para no perder la oportunidad de sentir el calor y color que da el ver al ciudadano desde el “púlpito”.
Los concejales de Somos Pozuelo, tras tanta lucha y ensañamiento con la inoportunidad del pregonero elegido (¡éticamente hablando!), fueron de los primeros en pisar balconada y yo, idealista, esperando alguna sorpresa subversiva, en forma de pancarta, grito o camiseta ad hoc que pudiesen mostrar. Me quedé con las ganas y, no porque me gustara en un acto festivo y vecinal una ruptura radical, tan propia, eso sí, cuando se hace en la Complu, pero, cuando hablamos de prebendas – ya lo era estar allí arriba – nos dejamos querer y en la primera ocasión de hacer coincidir: palabras y hechos, ellos van y aplaudiendo a nuestra alcaldesa. Rara y extraña forma de lo que denominan nueva política: me “enfrento” en los papeles y sigo en mi silla municipal en los actos públicos.
De Ciudadanos, siempre educados y más en liturgia municipal, me esperaba lo que aconteció; salvo en su proximidad -física- todo el acto a los concejales de Somos, siguieron, cual fiel comparsa todo el evento, apretujados, eso sí y, saludando en algún momento a electores y/o familiares – imagino yo-. Bueno, si no hago ruido, al menos que me vean, entiendo que pensarían; aunque confieso que mucho más tendrá que hacer la formación naranja, si no quiere andar como el cangrejo y verse reflejada en el ejemplo de la extinta UPyD, al menos, en nuestro municipio.
Pero mi desazón por la clase política se tornó en esperanza, recuperando toda mi fe en la Oposición, al ver en la Plaza, junto a los pozueleros que allí estábamos, al portavoz socialista: al menos los socialistas, disconformes con lo que el Programa Festivo llevaba a cabo – pensé yo-, cogían el toro por los cuernos y no hacían la ola a las huestes municipales, abandonando el séquito. Poco me duró la alegría, aunque más recatados que sus colegas de oposición, al final, el balcón es el balcón y allí se subieron. Oportunidad perdida, también, para las huestes del Psoe.
Es por eso que entiendo su alegría desbordante y tengo que felicitar a nuestra excelsa alcaldesa, porque en un acto desordenado, con media hora de retraso, ajeno a todo formalismo, liquidado en menos de quince minutos – pregón incluido- fuese capaz de acoger bajo sus manto a todo el espectro político – Sra. Adrados incluida – sin incidente alguno, con la que venía cayendo; no es más que haber dado el primer paso, no para refrendar la mayoría, que ya tiene, sino para mostrar a todos que, actualmente, el poder es ella y en Pozuelo de Alarcón el color azul, con la actual oposición, no lo duden: seguirá creciendo.
De vuelta al entorno diario, recordaba la famosa cita de Giulio Andreotti:” El poder desgasta, pero la oposición mucho más”. ¡Imagínense si, además, lo que percibe el ciudadano, visualmente, es que los partidos opositores están de acuerdo con el mismo! visto lo acontecido este sábado en el balcón municipal. ¿Cuál sería, entonces, la necesidad de cambiarlo?
El acto, dio para más, pero tendremos que seguir haciendo camino y lo iremos describiendo en próximos artículos. Mientras, apuren este final caluroso de verano y disfruten, si sus ocupaciones diarias se lo permiten, del dispendio festivo. Como ha quedado dicho en tantas ocasiones: lo pagamos nosotros.
A. Nogueiro