La alcaldesa Quislant, en el pregón de Bertín, me pareció una Eva Perón de la vida hablando desde el balcón de la Casa Rosada a los descamisados

Ala, pues ya estamos aquí de nuevo. Y para meterme en harina me he puesto a ver el pregón de las Fiestas de Pozuelo. No estuve allí, no, pero ahora no hace falta, ya se graba todo con un simple teléfono, así que te enteras de lo que pasa enseguida y sin moverte del barrio.
A mi Pozuelo así, en principio, me parecía un sitio muy finolis. Ya saben, yo soy más de barrio y más castiza. Vamos “malasañera” irredenta. Pero por eso de que escribo aquí en el Correo y por el embrollo que se había formado por el asunto de “Pozuelo is not Panamá”, me picó la curiosidad.
Total que me puse a verlo esperando, como digo, que aquello fuera una cursilada para mi gusto popular. Pero mira por donde, me equivoqué de cabo a rabo, me quedé digamos que estupefacta.
Ni finolis, ni cursi, ni tradicional, ni folclórico. Nada de eso. Lo que me pareció fue hortera, muy hortera.
¡Ese balcón repletito de concejales mirando a los vecinos desde arriba! Ahí achuchados para salir en la foto. Y alguno/a de ellos/as con las gafas de sol puestas. ¡Madre mía, qué espectáculo grotesco!
La alcaldesa, supongo que para hacerse perdonar no haber nacido en Pozuelo, fue desgranando uno por uno los ”bonitos” nombres de las peñas, queriendo entonarlos con condescendencia, como diciendo “yo estoy llamada a más altos menesteres pero mi generosidad me hace dedicarme hoy a vosotros pueblo llano”. Como una Eva Perón de la vida hablando desde el balcón de la Casa Rosada a los descamisados.
Y la verdad, no sé por qué empleaba ese tonito, porque a mi ella me parece una muchachota muy de pueblo. Vamos, yo la nombraría “miembra mayor” de la peña de las Domingas.
Después de eso, explicó al pueblo que hay tres bandas en Pozuelo. No sé si esto era muy necesario porque de hecho yo creo que, aparte de las peñas y los miembros de las tres bandas, allí no había nadie más. Pero bueno, algo tenía que decir la pobre.
Luego le “dejó” (SIC) la palabra a Bertín Osborne que ejerció de pregonero con muy pocas ganas, la verdad. Su única motivación debía ser que le habían contratado un concierto para esa noche.
En los escasos 5 minutos que empleó en hablar nos dijo que no estaba allí representando a ningún partido (alegato imprescindible en un pregón de fiestas), que él había pagado los errores que había cometido (asunto éste esencial para la peña de los Mingas) y que a le gustaba mucho Pozuelo porque estaba muy limpio y muy ordenado. En fin.
Mientras el pregonero nos soltaba esta seductora perorata, la alcaldesa se abanicaba con tal brío detrás de Bertín que por un momento pensé que la gomina no le iba a aguantar y que acabaría pareciéndose a Bisbal (mejor nos hubiera ido).
Como el pregón fue un churro impresentable pretendió acabar la cosa impostando la voz al grito de “Viva España” que siempre es muy socorrido.
Yo creo que el pistoletazo de salida fue tan animado como un concierto de Bertín Osborne. No digo nada si los dos hechos se producen el mismo día ¡una juerga delirante!
Así que jarana poca, y glamour, lo que se dice glamour, tampoco. Qué raro ¿pero no es Pozuelo el municipio con la renta media más alta de España? Pues que quieren que les diga, no se les nota nada.
Manuela Malasaña