La Convención del PP puede terminan siendo una especie de parto de los montes
(22-01-15) Mañana, viernes, el PP dará voz a 350 cargos del partido, entre los que habrá presidentes autonómicos, alcaldes y ministros, en la esperada Convención Nacional de Madrid que se celebrará bajo el lema ‘Juntos por un gran país’. Para ello, el partido ha organizado tres plazas (curioso nombre ‘podemita’) de debate: la de la solidaridad, la de la Constitución y la de la prosperidad, que acogerán 18 foros sobre temas “que preocupan y ocupan a los españoles de cualquier parte del territorio nacional”. Hasta aquí la noticia escueta.
Dicho de otra manera, mañana comienza el gran parto de los montes del PP. El deseado. Lo que no está claro es si, en un partido tan piramidal y tan jerarquizado, este largo y esperado parto, como en la fábula de Esopo, traiga, simplemente, un ratón. Porque en el PP, se está demostrando una vez más, se discute mucho pero, al final, se hace lo que el Presidente quiere. Así se creó, así ha funcionado y así morirá.
Y no seré yo quien diga que le ha ido mal. Le ha ido aceptablemente bien. Lo que sí diré es que, si no se reforma con cierta urgencia, su muerte será más pronto que tarde. La sociedad española ya no acepta ese tipo de política partidista en la que se depende, casi en exclusiva, de la decisión de una sola persona aunque cuente con asesores. Ahora los tiempos políticos van por otros caminos.
Es cierto que una Convención no es un Congreso. Una Convención en el PP es una especie de ‘think tank’, que dicen los cursis, en donde los miembros relevantes ‘llenan los depósitos’ del partido de ideas y pensamientos. Es así, simplificando esta convivencia. Por supuesto, ideas y pensamientos sobre temas interesantísimos. Y no hablo en coña.
En esta convención, como he avanzado, se va a debatir sobre la Solidaridad, un tema muy atractivo ya que estamos en el Siglo de la Solidaridad. Se va a discutir sobre la Constitución Española porque el debate de su reforma está en la calle. Y se van a contrarrestar ideas sobre la prosperidad. Este tema no lo entiendo bien pero tampoco tengo necesidad de cuestionarlo. Si la dirección de PP lo considerará importante, lo será. A fin de cuentas, los debates sólo son consultivos. Tienen una importancia relativa.
Lo que importa en una Convención son los discursos y, en ésta, fundamentalmente, los de Aznar y Rajoy, que serán Alfa y Omega de la reunión. Ahí es donde se partirá y se repartirá el bacalao. Las consignas y los ánimos porque, aunque las encuestas de Rajoy digan que la cosa va bien, como no consigan animar a su gente, sufrirán en las próximas elecciones.
Llama, poderosamente, la atención que sean Ana Botella y Esperanza Aguirre las personalidades que abran la Convención. Lo digo porque Ana Botella se va y Esperanza Aguirre se fue aunque ahora quiera volver. Supongo que Botella lo hará como alcaldesa de Madrid y Aguirre por ser presidenta del partido en la Comunidad de Madrid. Es lo razonable, no lo importante.
Pero, como decía al principio, una Convención tiene poca capacidad para solucionar los auténticos problemas de un partido político como el PP, debido a que no puede mover sus estructuras y son sus estructuras las que se han quedado obsoletas y necesitan reformas. Pero esas reformas solo se pueden llevar a cabo en un Congreso y una Convección, insisto, no es un Congreso.
Lo que necesita el PP es abrirse a la participación y a la trasparencia. Ya sé que, hasta este momento, no se han encontrado las claves para que esas nuevas ideas tengan el resultado buscado en los partidos que las están empezando a llevar a cabo, pero yo creo que su fracaso es consecuencia de que esos propios partidos no se las acaban de creer. A fin de cuentas, la vieja filosofía de un partido político es el control de sus militantes y casi de sus simpatizantes. El problema es que esa forma de hacer política está cambiando muy deprisa y, posiblemente, sus primeros resultados comencemos a verlos en estas próximas elecciones.
En cualquier caso, lo que no puede ser no puede ser porque, además, es imposible, como decía el torero Rafael Ortega El Gallo. Y ahora en el PP no puede ser.
Por eso me temo que de la esperada Convención que empieza mañana apenas podrá salir un ratón. Insuficiente para los nuevos tiempos.