Frente al espejo del Escrache

(Escrache es el nombre dado a un tipo de manifestación en la que un grupo de activistas se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar. Se trata de una palabra en jerga para referirse a un método de protesta basado en la acción directa, que tiene como fin que los reclamos se hagan conocidos a la opinión pública.)
Lo más importante, socialmente hablando, es mantener la compostura ideológica ante cualquier pregunta que pueda surgir de las huestes periodísticas, siempre con fines oscuros y tendenciosos para con los buenos ciudadanos, sean de la tendencia que quieran, pero siempre de la gauche divine.
Por esta razón no puede sorprendernos a los habitantes del planeta Madrid, la nueva definición, en términos cualitativos que acaba de acuñar, la portavoz de su afamado Ayto, más que por sus “mentiras arriesgadas“, finalmente penalizadas, que por su especial empeño en diferenciar, sin riesgo ninguno a errar, entre el escrache bueno y el escrache malo…
Una vez más y van…, ese ángel celestial de la portavocía del Ayto. de Madrid nos ha iluminado y ha querido trasladar urbi et orbe las bondades del escrache contra las huestes capitalistas, hijas del pecado y de la avaricia, tan amigas de las tarjetas ¿negras?… y, por supuesto, pecadoras irredentes contra los más desfavorecidos y, gracias Rita por tan hermosa y profunda disertación, nos ha evidenciado que a ellos, a los defensores de los derechos ciudadanos, de las gentes sin pan y sin hogar; a ellos redescubridores reales de la libertad; a ellos que han conseguido extraernos del yugo de la política de siempre y de los caciques de toda la vida…; a ellos que nos han traído luz y nueva vida… A ellos, el escrache no.
El punto de partida, históricamente hablando ¡cómo no!, el 15 M, realmente, no hay necesidad de ir más lejos, total, para llegar a la conclusión querida, no hay fecha mejor, ni connotación mayor. Dado que el mundo cambió tras esos días y los habitantes de dicha ciudad fueron los primeros en tener la posibilidad de abrir sus mentes y descubrir todo lo que con ellos habían hecho las huestes capitalistas, herederas del franquismo -imposible concluir, sin el elemento clave para cualquier acción revolucionaria que se precie en nuestro país: dictadura y fascismo-. Qué mejor para todos los que por esa ciudad transitamos, habitualmente, que hacernos permeables a la inteligencia emocional de los únicos que saben qué hacer, cuándo hacerlo y la mejor manera de ejecutarlo.
Y es ese extraordinario conocimiento de vida y hacienda del vulgo, entiéndase: ciudadano de a pie, el que les da la potestad y la impronta para marcar pautas y caminos, en beneficio de ese bien superior y supremo que ellos tan bien conocen y que gracias a su generosidad, desmedida, y que nunca agradeceremos lo suficiente, tienen a bien implementarla en nuestro beneficio…, aunque ninguno de nosotros la hubiésemos demandado. Son así y, finalmente, tendremos que agradecerles tanto, que no sé si podremos vivir lo suficiente para devolver tanto altruismo.
Hasta ahí podíamos llegar. Empezamos por un escrache en contra de nuestros salvadores y, conociendo la debilidad del ciudadano y lo manipulable que es ante las propuestas capitalistas de vida y hacienda mejor y, como aún somos muy vulnerables, necesitan, por supuesto, un tiempo para poder “ educarnos “ adecuadamente, por nuestro bien ¡eh! que ellos, ya están todos colocados y los perjudicados somos los que aún no hemos descubierto el camino correcto, acabamos votando, nuevamente, a Rajoy (líbrenos Dios, por otra parte!).
Es la ventaja que nos trae esta nueva política -la anterior, por desgracia, ya la conocemos- haremos lo mismo que antes, cambiaremos los signos externos, vestimenta incluida, pero poder y razón solo puede ser lo que ellos digan y hagan en cada momento. Sin discusión. Total, ya se sabe el pueblo está para ser dirigido y son ellos, la élite política, prima hermana de la intelectualidad, quienes nos regalan todos los días con la fortuna de guiarnos por el camino elegido para alcanzar el mayor de los premios que en el mundo hay: poder decir que me han acogido ellos que, todo lo saben, tras enseñarme la luz me muestran el camino.
Para criticar un escrache, querida Rita, a vuestro delegado de ciudadanía, no hacía falta, sin lugar a dudas, “mostrar el torso”.
Sigamos adelante.
A. Nogueiro