Avergüénzate de tus atributos masculinos, es lo que toca
(10-08-15) Me ha llamado la atención un artículo publicado en el diario ABC sobre unas fotos realizadas con vistas a una campaña publicitaria protagonizada por el futbolista Cristiano Ronaldo. Al parecer, con tal motivo, han surgido en la Red numerosas críticas según las cuales, la perfección estética del cuerpo de Ronaldo no provendría tanto de sus cualidades físicas sino -como en el caso de tantos personajes famosos actuales- del cuidado retoque fotográfico de dichas imágenes.
Ante tales críticas, los responsables de la campaña de promoción de una marca de ropa interior que tiene como protagonista al delantero madridista, han decidido publicar las fotografías originales junto a las retocadas. Para gran sorpresa de muchos, las diferencias entre ambas tomas son mínimas. En ambas, resalta la magnífica forma del portugués, que luce un cuerpo simétrico y musculado, y el retoque apenas es visible sobre algunas pequeñas marcas, producto seguramente de los duros encuentros jugados por el deportista.
Aquí viene mi sorpresa, porque según comenta el diario, un hecho perfectamente visible, entre las pequeñas modificaciones introducidas en la fotografía, es que “en una de las imágenes han reducido sus atributos masculinos para que no apareciera tan grande en la campaña publicitaria.”
¿En qué quedamos? ¿El tamaño sí o no importa?
Lo publicistas no han llegado a aclararnos si el lucimiento -aunque sea bajo la salvaguarda de un discreto calzoncillo- del bulto generado por los “atributos masculinos” es pecado mortal, pornografía, machismo o violencia de género.
Cabría pensar que una nueva ola de moralina está invadiendo el mundo publicitario… pero a la vista de tantas actrices, ‘top model’, y eventuales famosillas del montón, que no sólo no disimulan sus “atributos femeninos”, sino que los recalcan y aumentan, a veces hasta extremos poco creíbles, uno se vuelve necesariamente escéptico. Así que, una vez más, la cosa va dirigida contra los hombres.
Algo no han extraño si pensamos un poco en las recientes declaraciones del alcalde de Granada cuando dijo que “los hombres, cuanto más vestidos más elegantes, y las mujeres cuanto más desnudas, más elegantes” Estúpidas y arriesgadas palabras de un avezado político, que sabe muy bien cómo se las gasta la progresía feminista de este país, y que por tanto merece el rapapolvo que se ha llevado. Es evidente que en la fiesta donde este señor participaba, las mujeres no llevaban vestimentas más ligeras que los hombres, y si así fuera, en ningún caso, pretendían ir elegantes. ¡Qué atrevimiento decir la verdad!
Y lo peor es que esto ha sido, es y será siempre igual. Podemos ver fotografías de hace un siglo y veremos a los varones duramente encorbatados y estúpidamente embutidos en trajes no muy diferentes de los actuales.
Pero mientras las mujeres se han librado de ataduras y la cantidad de piel que muestran ha crecido espectacularmente, en las galas y fiestas de guardar seguimos viendo a los tíos pertrechados con vestimentas casi iguales a las de sus abuelos.
¿Qué los hombres también nos hemos liberado mucho en este sentido? Sí, sí. Tú trata de encontrar en los comercios una camisa de manga corta netamente por encima del codo. Igualmente busca un pantalón corto muy arriba de la rodilla. Y ello tanto en la calle como en la práctica de cualquier deporte. ¿Qué pasa? Igual que con Ronaldo, está feo que un hombre muestre generosamente sus pocos o muchos bíceps o incluso sus muslos?
Chicos: el cerco se va estrechando. Y seguimos aguantando sin rechistar. Si eres hombre, vete preparando porque lo peor aún está por llegar.
Abelardo Hernández