Santiago de Liniers, el hombre que echó a los ingleses del Rio de la Plata

(29-07-15) Santiago Antonio María de Liniers y Bremond, Primer Conde de Buenos Aires, nació en Niort, Poitou (Francia), el 25 de Julio de 1753 y murió a los 57 años, el 26 de Agosto de 1810, fusilado por los revolucionarios independentistas argentinos en Cabeza de Tigre, en las cercanías de Cruz Alta, Intendencia de Córdoba, Virreinato de la Plata.
Noble de origen francés, militar español, caballero de la Orden de San Juan y de Montesa, fue el penúltimo Virrey español en el Virreinato de Rio la Plata.
Procedente de unas familias de la antigua nobleza francesa de Poitou con gran tradición militar, Santiago fue el cuarto hijo, de ocho, del matrimonio formado por Jacques Joseph Louis de Liniers, conde de Liniers y brigadier de la marina francesa, y por Therese de Brémond d´Ars.
Con 12 años ingreso como paje en la Orden de San Juan de Jerusalén de donde salió como caballero de la Orden de Malta.
Comenzó su carrera como subteniente de caballería en el Regimiento Real – Piamonte. Solicitó su baja en 1774, después de seis años de guarnición.
Aprovechando lo acordado en el Tercer Pacto de Familia, entre los borbones de España y Francia, que permitía a los soldados franceses participar en las empresas militares españolas en igualdad de derechos y obligaciones que los militares españoles, se trasladó a Cádiz para ingresar en la Armada española como voluntario.
Fue destinado como oficial en el navío San José, en la escuadra de Pedro González Castejón que protegía y apoyaba la expedición militar contra la plaza de Argel mandada por el general O´Reilly.
La expedición, mal preparada, fue una derrota que no se transformó en desastre gracias al apoyo de la artillería de los buques de la escuadra que frenaban el avance del enemigo.
De regreso a Cádiz ingresó, en 1775, en la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas siguiendo embarcado en el mismo navío San José.
Un año después, ascendido a alférez de fragata, embarcó en el bergantín Hop, en la expedición a las costas de Brasil, que trasladaba el ejército del general Pedro de Cevallos para ocupar la isla de Santa Catalina y atacar la colonia de Sacramento.
Entre 1779 y 1781, embarcado en el navío San Felipe formando parte de la escuadra del general Luis de Córdova, participa en las operaciones del Canal de la Mancha contra la flota inglesa, en el combate de cabo de San Vicente, el sitio de Mahón y la conquista de Menorca. Por su valor fue ascendido a teniente de navío.
Por sus acciones en el sitio de Gibraltar fue ascendido a capitán de fragata.
En 1788 fue destinado al apostadero de Rio de la Plata para organizar una flotilla de lanchas cañoneras. Ascendido a capitán de navío siguió al mando de las lanchas cañoneras basadas en Montevideo.
Fue nombrado, en 1803, gobernador de las Misiones Guaraníes por el Virrey Joaquín del Pino y Rozas.
Dos años después fue nombrado, por el nuevo Virrey, Rafael de Sobremonte, jefe del apostadero de Buenos Aires, quien, al conocer la aproximación de la expedición inglesa de invasión, le encargó la defensa de la Ensenada de Barragán.
Los ingleses, al mando del comodoro Home Popham, no intentaron desembarcar en la ensenada al ver lo bien defendida que estaba, siguieron río arriba y desembarcaron en la Ensenada de Quilmes, a 20 Km de Buenos Aires.
Después de algunos combates sin importancia, el Virrey se retiró a Córdoba.
Buenos Aires capituló el 27 de Julio, tres días después del desembarco, sin resistencia por la desorganización de su defensa.
Liniers se retiró a Montevideo donde el gobernador, Pascual Ruiz de Huidobro, organizó una fuerza de socorro a cuyo mando puso a nuestro héroe, que por Rosario y la Colonia de Sacramento, marchó hacia Buenos Aires.
En la colonia, encontró la escuadrilla mandada por el capitán de fragata Juan Gutiérrez de la Concha, padre de otra familia de héroes.
El 12 de Agosto de 1806 inició la reconquista de Buenos Aires. Atacó la ciudad, venció a los ingleses y obligó a su gobernador W. Carr Beresford a rendirse. Como hecho curioso de los cambios de alianzas del siglo, el general Beresford fue uno de los principales generales ingleses que combatieron con Wellington en la Guerra de la Independencia española, distinguiéndose especialmente en la Batalla de La Albuera por lo que fue nombrado Marqués de Campo-Mayor. Figuró en la relación de generales del Ejército Español hasta su muerte.
En los combates, los británicos perdieron más de 400 hombres, 26 cañones y las banderas del regimiento, además de 60 millones de reales. Las bajas propias fueron de algo más de 180 soldados.
Las banderas inglesas fueron depositadas en la iglesia de Santo Domingo con la inscripción: Del escarmiento del inglés. Y de Liniers en Buenos Aires, la Gloria.
Con la conquista de Buenos Aires, Liniers adquirió una gran fama en el Virreinato, de forma que, en Cabildo abierto, fue nombrado gobernador militar en lugar del virrey Sobremonte, dedicándose a preparar la defensa para resistir el seguro contraataque inglés.
Una vez conocido lo sucedido por el Gobierno de la Nación, le ascendió a brigadier y le ratifico en el mando.
Los ingleses estaban decididos a conquistar para sí el Rio de la Plata, por lo que formaron una nueva expedición de 15.000 hombres al mando del general Whitelocke.
En enero de 1807, se produjo la segunda invasión inglesa.
Esta vez, más prudentes, atacaron primero Montevideo desembarcando 5.000 hombres en Punta Carreta.
El ataque inglés hizo retirarse a las fuerzas españoles, al mando del Virrey Sobremonte, dejando desamparado Montevideo que, tras una heroica resistencia de 14 días, fue tomado por los atacantes.
El fracaso del Virrey Sobremonte hizo que el Cabildo de Buenos Aires, en un acto inédito, lo depusiera de su cargo y nombrara a Liniers Virrey provisional.
En Julio, los ingleses desembarcaron en Quilmes más de 10.000 hombres y avanzaron sobre Buenos Aires.
Liniers disponía de unos 10.000 soldados entre los que se encontraban los marinos de la escuadrilla al mando del capitán de navío Gutiérrez de la Concha. La superioridad naval enemiga hacía imposible el uso de la escuadrilla.
Las acertadas medidas de defensa planteadas por Liniers junto a la descoordinación del ataque inglés del día 5 de Julio, hicieron que, en un solo día de combate, se produjeran más de 4.000 bajas de los atacantes contra poco más de 780 bajas españolas, con lo que los ingleses pidieron la suspensión de las hostilidades.
El 7 de Julio se firmaban las capitulaciones: los prisioneros serian intercambiados; los británicos conservarían sus armas y se embarcarían para Montevideo; esta ciudad sería devuelta a los españoles dos meses después de la firma de las capitulaciones y los ingleses se comprometían a no volver a atacar Rio de la Plata durante el tiempo que durase la guerra.
Como resultado de esta victoria, Liniers fue ascendido a jefe de escuadra y nombrado Virrey, gobernador y capitán general de Rio de la Plata.
Proclamó Rey de España a Fernando VII a pesar de la abdicación de Bayona en José Napoleón.
Poco después recibió la visita de un emisario de Napoleón que recibió en presencia del Cabildo, rechazando la propuesta de proclamar Rey a José Napoleón I como rey de España. Ordenando que todo el virreinato jurase por Rey a Fernando VII.
Algunos descontentos lo convirtieron en sospechoso de simpatizar con los enemigos de España por ser francés de nacimiento.
En 1809, la Junta Suprema Gobernativa del Reino lo nombró Conde de Buenos Aires.
La misma Junta nombró nuevo Virrey en la persona de Baltasar Hidalgo de Cisneros en sustitución del Conde de Buenos Aires. El traspaso de mando se realizó en Montevideo, en Julio de 1809.
Se retiro a Córdoba de Tucumán donde era gobernador su amigo y anterior subordinado Gutiérrez de la Concha.
Preparaba su vuelta España cuando sobrevino la sublevación de Buenos Aires y la destitución del Virrey, el 25 de Mayo de 1810.
Recibió una petición de ayuda del Virrey para restablecer el dominio de España.
Consiguió reunir unas escasas fuerzas que desertaron antes de entrar en combate contra los rebeldes.
Fue capturado, el 6 de Agosto, y maltratado por sus captores.
El 26 de Agosto, en el Monte de los Papagayos, cerca de la posta de Cabeza de Tigre, en la actual Los Insurgentes, al sudeste de Córdoba, Liniers fue fusilado junto con los demás jefes de la resistencia: Juan Gutiérrez de la Concha, brigadier de la Armada; Victorino Rodríguez, asesor; Santiago Allende, coronel de milicia y Joaquín Moreno, oficial Real.
Cincuenta y cuatro años después sus restos fueron trasladados a España y enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres.
La República Argentina donó una placa que está en el Mausoleo con la siguiente inscripción:
“Los últimos héroes de la Patria vieja fueron las primeras víctimas de la Patria Nueva. Homenaje de la Marina de Guerra Argentina. Agosto de 1960”
José Colmenar
Para saber más:
Internet con mucha información en castellano e inglés y con diversa procedencia, española, inglesa y argentina.
La novela El último Virrey, de Horacio Salduna
La película Argentina Cabeza de Tigre