Los Dragones de Cuera, defensores de la Frontera Norte del Virreinato de la Nueva España
(14-01-15) Desde San Francisco (California) a San Agustín (Florida) hay más de 3.000 Km en línea recta pero, como la frontera no era recta, el número de km aumentaba a más de 6.000 Km. Conviene recordar, para hacerse una idea, que la distancia entre Madrid y Moscú es de 4.100 Km
Para la defensa de esta enorme frontera, España disponía de una sucesión de presidios, también llamados fuertes españoles, que iban desde Tejas a las misiones y presidios de la costa de California y Alaska.
Estos fuertes militares eran el apoyo y defensa de las misiones y de los establecimientos coloniales, principalmente minas y haciendas. Estaban separados, entre sí, unas 40 millas.
La red de presidios era tan extensa que, en 1724, el Brigadier General Pedro Rivera recorrió más de 12.000 Km, durante tres años y medio, para poder visitar todos los presidios y así poder emitir un informe sobre su estado al Virrey de la Nueva España Marqués de Casa Fuente.
Estos fuertes eran muy simples, estaban formados por un cuadrado de unos 100 metros de lado construido en adobe o piedra. Disponía de torres o bastiones para posicionar cañones.
Además de la dotación militar convivían con ellos sus familiares y misioneros, pero en todo caso no solían pasar de dos centenares de personas en total.
Cada presidio protegía a una compañía compuesta por un capitán o teniente, un alférez, un capellán, un sargento, dos cabos y unos cuarenta soldados, apoyados a veces por indios exploradores.
Los soldados presídiales eran los famosos Dragones de Cuera, nombre que recibieron por las protecciones con las que se cubrían y que se llamaban las cueras.
La cuera era un abrigo largo sin mangas, formado por siete capas de piel, usado como coraza porque era resistente a las flechas de los indios. Pesaba unos 10 kilos.
Su uniforme estaba compuesto de una chupa corta de tripe, o paño azul, con una pequeña vuelta y collarín encarnado, calzón de tripe azul, capa del mismo color, cartuchera de cuera y bandolera de gamuza y en ella bordado el nombre del presidio, corbatín negro y sombrero, zapatos y botines. El sombrero negro fue una característica de estas unidades.
La cantidad de dragones de cuera fue siempre muy escasa, increíblemente escasa, pues a comienzo del siglo XVII no llegaban a 1.000, aumentando a unos 3.000 a comienzos del siglo XIX, para cubrir y defender todo el territorio.
Cabe recordar que era de 6.000 Km, lo que significa una muestra del valor y preparación inusitada de estos héroes olvidados que defendieron los “limes del imperio español” como hicieron, 17 siglos antes, las Legiones Romanas defendiendo “los limes de su imperio romano”.
Los dragones, como los que servían en los ejércitos europeos, eran soldados de caballería con capacidad para luchar como tales y de desmontar y luchar como soldados de infantería.
Su armamento estaba diseñado especialmente para el tipo de guerra en que combatía, pequeñas escaramuzas con partidas de indios en las que primaba la velocidad y la versatilidad.
Para el combate portaban espada ancha, daga, escopeta, dos pistolas, lanzas de caballería y un pequeño escudo: la adarga.
La adarga era un pequeño escudo ovalado fabricado en piel, capaz de detener las flechas y los golpes de los indios. Tenían dibujado el escudo de España en el centro de la misma.
Cada soldado tenía a su disposición seis caballos y una mula, lo que era fundamental en las persecuciones para disponer siempre de animales descansados.
Su forma de combatir, como caballería pesada que era, se realizaba mediante terribles cargas con la lanza que desbarataban y confundían a los enemigos. Una vez pasada la primera carga, se usaba la escopeta y las pistolas, descargadas las armas solo quedaba el uso de la espada y la daga en lucha cuerpo a cuerpo.
Los soldados presídiales eran criollos, del país, por ser más aptos que los europeos en esta clase de guerra. Sufrían la sed y el hambre con la misma constancia que el indio y resistían con la misma indolencia la intemperie. Eran fuertes, aguerridos, hombres que nacían y se criabann en medio de peligros
Los dragones eran soldados regulares que firmaban un compromiso por 10 años prorrogable y que prestaban un servicio voluntario.
Los oficiales no solo eran españoles, los había irlandeses, valones, italianos y de otras nacionalidades.
Los Dragones de Cuera fueron los Héroes Olvidados que mantuvieron la extrema frontera de España durante tres siglos.
José Colmenar
PD. Cuántas películas se harían con estas historias
Para saber más:
- Banderas Lejanas de Fernando Martínez y Carlos Canales.
- Internet