Los ‘exámenes’ de Esperanza Aguirre eran un fraude, además de esperpénticos, pero a miembros del PP les hacen gracia
(17-11-14) Ahora resulta que la propuesta franquicia de Esperanza Aguirre para acabar con la corrupción en la Comunidad de Madrid llevaba en sí misma una corruptela. Un nuevo desatino de una mujer desatinada que no piensa las cosas dos veces. Ni siquiera dos veces. Y como, encima, no hay nadie en el PP que se atreva a decirle que los exámenes de honradez de candidatos del PP a alcaldes, ideados por ella, son una payasada, como dije la semana pasada, pienso que entre todos le está haciendo un daño a ese partido que ya veremos, finalmente, cuáles son sus consecuencias.
Y es que, según ha descubierto el diario El Mundo, esos famosos exámenes tenían truco. Fueron falsos como un euro de chocolate porque ya estaban ensayados de antemano. Es como si, en cualquier examen del mundo, te dieran las preguntas antes de entrar al aula para que pudieras estudiarlas bien y te enseñasen, de paso, a exponerlas ante el tribunal examinador. Un chollo. Así, con toda seguridad, yo mismo habría llegado a Notario. ¡Qué barbaridad! ¡Qué tomadura de pelo!
El amaño se produjo, al parecer, horas o días antes de la prueba oficial y en él se filtraron a los entrevistados las preguntas que les iban a realizar. Al parecer, la portadora de la espada flamígera contra la corrupción y presidenta del PP de Madrid no quería fallos en la pantomima cuando los medios estuvieran delante.
Había que dejar claro ante el mundo la limpieza de sangre corrupta que había en los candidatos y la señora Aguirre mandó amarrarlo todo. Preguntas y respuestas. Incluso, gestos. Porque el organizador de estos exámenes previos, que se celebraron en la propia sede de Génova, fue Jorge Rábago, responsable de telegenia del PP y uno de los implicados en el uso de ‘tarjetas black’ que sigue en su puesto.
O sea, que todo fue una filfa. Todo se cuidó al mínimo detalle para que la propuesta estrella de Aguirre saliese lo mejor posible. En definitiva, para engañar a los ciudadanos.
Pero lo más increíble de todo es que Esperanza Aguirre anda defendiendo esta corruptela en los medios. Como si todo fuese lo más normal del mundo. Incluso, asegura que preparar de esta extraña manera “los exámenes” no supone “ni un fraude ni un amaño”.
Creo que no debo decir más sobre el tema. Sólo quería señalar esta locura para cerrar el tema tras la columna que escribí hace unos días. Allá cada cual.
Me cuentan, incluso, que, en el PP, hay mucha gente a la que este dislate le está haciendo gracia. Lo que no deja de ser una inconsciencia política inasumible. Sobre todo con la que está cayendo.