Pozuelo de Alarcón, prestigio
(21-07-14) Una mañana de junio de 1993, el pensionista Amador Ruiz, alias El Matador, y su hijo apedrearon a un lagarto verdinegro en un retamal de Pozuelo de Alarcón. Se lo iban a comer encebollado, porque la pensión del padre no daba para comprar carne.
Les pilló la Guardia Civil, y como el bicho (Lacerta schreiberi Bedriaga) estaba protegido, les cayó una multa de un millón de pesetas…
Tiempo después, olvidado ya el asunto, las grúas entraron en aquel campo de retama para convertirlo, lagartos mediante, en una de las urbanizaciones más exclusivas de Europa. Prestigio.