El Fantasma de Don Agustín apoya la propuesta de Vox de recuperar los agónicos viejos cascos de Pozuelo aunque llegue tarde, ahora suene electoralista y sea una vieja idea socialista

No me duelen prendas tener que reconocer que, a los miembros del grupo municipal de Vox, no les falta razón. Lo único que se les puede echar en cara es que lo han dicho demasiado tarde. A tan solo tres meses de las elecciones municipales, suena, más que a un diagnóstico, a una consigna de la próxima, casi inmediata, campaña electoral.
Porque es cierto. Es tremendamente cierto que ambos centros de Pozuelo, tanto el casco como el barrio de la estación, se encuentran en estado casi agónico.
Ha sido mucho el tiempo el que ha pasado sin prestarles la debida atención. Mucho el tiempo en el que no se ha sabido, o no se ha querido, poner en marcha las políticas necesarias para impedir su deterioro progresivo.
Los centros no contaban. No se les quería ver. La prioridad estaba en poner la atención, toda la atención, en los nuevos desarrollos urbanísticos, en el crecimiento de las nuevas zonas de expansión y con ello, únicamente se consiguió aumentar las diferencias entre esos nuevos barrios y las antiguos.
Ahora, desde el equipo de gobierno se ha empezado a poner en marcha un plan de rehabilitación de esas zonas. Bienvenido sea, aunque tengo la percepción de que es poco ambicioso tanto en su contenido como en sus objetivos.
Poco ambicioso porque, como su propio nombre indica, se centra en la rehabilitación de los edificios, cuando en lo que se debería centrar es en la revitalización de los barrios, en dotarles de actividad y de las condiciones necesarias y convenientes para conseguir que sean atractivos, no solo para sus vecinos sino también, y eso es lo más importante, para los restantes vecinos del municipio.
Conseguir ese objetivo no es, desde luego, una tarea ni fácil ni sencilla, pero es imprescindible ponerse a ella de forma decidida. Es más, debería ser algo que de forma prioritaria figurase en todos los programas electorales de las formaciones políticas que vayan a concurrir a los próximos comicios municipales.
Todos los grupos deberían estar comprometidos en ello. Todos deberían aportar sus ideas. Nadie debería quedar al margen.
Podría ser, ya ven que soy ingenuo, una de las tareas que podría ser objeto de estudio por ese etéreo Consejo Social de la Ciudad que no existe nada más que en los papeles y que, al menos que me falle la memoria, no se ha llegado a constituir en los dos últimos mandatos.
Ya decía al principio que a los miembros del grupo municipal de Vox les asiste la razón, aunque también es preciso decir que la idea de poner en marcha en el centro del pueblo una residencia de estudiantes, como motor de la revitalización, no es ni nueva ni suya.
Si tampoco me falla la memoria, lo de la demencia senil es una lata, ya se les ocurrió a los del grupo municipal socialista hace ya algunos años.
De justicia es reconocerlo.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”