La “alta política” de Quislant sigue (chuminada a chuminada) del “Pozuelo de Cuchara” a las “Bodas de Oro” entre otras tontunas y montajes populacheros, y así seguirá hasta que se largue

A la alcaldesa de Pozuelo Susana Pérez Quislant le va lo populachero. No lo puede remediar. Se irá de esta ciudad y no se habrá enterado de lo que significa ser alcaldesa del supuesto Gran Pozuelo de Alarcón.
Lo suyo es un oxímoron. Una cosa y la contraria al mismo tiempo. Le gusta presumir de la élite de la ciudad pero solo se siente a gusto entre el pueblo al más puro estilo compadre. Todo a estilo compadre, ese mal que ya se ha hecho endémico en Pozuelo y que ya asuela la ciudad en muchos órdenes de la vida cotidiana desde que Quislant nos gobierna.
ELLA saca pecho de ser la alcaldesa de la ciudad más rica de España pero cae constantemente en lo cutre.
Los actos que le gustan de verdad son los saraos catetos como puede ser el “Pozuelo de Cuchara” que acaba de montar o la Celebración de las “Bodas de Oro” que está organizando ahora por el que las parejas disfrutarán de forma especial de este aniversario, que tendrá lugar en los próximos meses.
Las parejas que se casaron en 1973 y quieran compartir y celebrar esta jornada con otros matrimonios, podrán inscribirse del 1 al 30 de marzo en el teléfono 91 398 40 00 de la Concejalía de Familia, Asuntos Sociales y Mujer, o bien a través del correo electrónico c.familiayasuntossociales@pozuelodealarcon.org (Política de privacidad).
Para participar es imprescindible estar empadronado en la ciudad.
El año pasado, celebró este acto el 14 de junio… Con lo que o ya no lo preside ELLA o se convierte en un acto de propaganda electoral con el nuevo candidato, cosa que dudo lo pueda aprobar la Junta Electoral…
Salvo esta picardía electoral, no se le puede pedir a Quislant que esté a la altura de la ciudad porque no sabe. Presume de ello pero no sabe. Es una cateta de tomo y lomo que se tiene que refugiar siempre en lo populachero… Pero solo en el vecino agradecido. Ese que se contenta con una invitación y le aplaude. O, simplemente, le ríe la gracia porque le da subvenciones. Dame pan y llámame perro.
Este nuevo acto homenaje a los vecinos que cumplen sus Bodas de Oro forma parte de esa manera cutre de comportarse.
No voy a entrar en si la ciudad hace bien o mal convocando esa ceremonia. Creo que es un acto impropio pero, si hay que hacerlo, hágase con todas sus consecuencias y no como si fuesen escenas de una película de Paco Martínez Soria de los años 50 del siglo pasado. Pozuelo de Alarcón, se supone, es otra cosa.
Pero Quislant está desesperada y necesita aparentar que sigue haciendo cosas…
Manolo Pérez