El Fantasma de Don Agustín vuelve a usar su ironía para criticar la estupidez del portavoz de Ciudadanos Pozuelo Damián Macías alias “Berenjenas”, en el último Pleno del Ayto.

Hace algunas semanas fue muy comentado el color del traje con el que el presidente del gobierno acudió a una sesión del Senado. Tanto comentaristas políticos como del sector de la moda aportaron sus opiniones al respecto de la elección.
Se generó una cierta polémica tanto sobre el motivo como sobre la conveniencia de haber acudido con semejante atuendo.
Ahora, tras escuchar la sesuda intervención del portavoz de Ciudadanos en el Pleno municipal del pasado jueves, he llegado a la conclusión de que todos los que participaron en la controversia estaban equivocados, muy equivocados.
Aquello no fue motivado por una intención de llamar la atención del respetable. Ni tampoco constituyó una falta a las normas de la etiqueta. No fue ni siquiera una salida de tono.
Porque aquello representó, ni más ni menos, que un signo de identidad.
Era, sin duda, un guiño a la localidad en la que está empadronado el señor presidente del gobierno y que no es otra que esta villa de Pozuelo. Porque el color del terno que vestía el señor Sánchez era el de las berenjenas. El mismo al que, según el señor portavoz del grupo municipal de Ciudadanos, se debía el fondo de la bandera de la villa.
Ante la importancia de lo que se había puesto de manifiesto en el pleno, dudé entre elaborar una nota de prensa, con el fin de aclarar todo el embrollo que se había originado con la vestimenta del señor Sánchez, o enviar una carta de agradecimiento al señor presidente del gobierno por haber tenido a bien acordarse de Pozuelo.
Al final, no hice ni una cosa ni la otra. Y no lo lamento.
Porque de haberlo hecho, podría haber llamado la atención de Sánchez acerca de la figura de Don Damián y, dada su altura intelectual, hacerle posible candidato a incrementar la ya amplia lista de asesores monclovitas.
Su nombramiento conllevaría su lógico alejamiento de la política pozuelera, lo que habría supuesto un duro golpe para nuestra villa ya que no estamos en condiciones de prescindir de políticos de ese fuste y preparación.
Lo que sí hago es aprovechar estas líneas para rogar encarecidamente a Don Damián que persista en su encomiable tarea de acercar la historia de Pozuelo a los vecinos. Nunca se le podrá agradecer suficientemente sus importantes aportaciones en ese campo.
Progrese en ello adecuadamente, y no deje de inscribirse en algunos cursos acelerados. Tal vez de heráldica, de historia o de botánica.
Tómelo como un consejo desinteresado, porque, a buen seguro, todos ellos le serán muy útiles a pesar del poco tiempo que queda para las próximas elecciones.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”