Los horteras de bolera que nos conducen a la ruina también están en Pozuelo: Tras 8 años de la alcaldesa Quislant (que parecen 28), lo único que hemos hecho es caminar hacia atrás
El espectáculo patético-ojiplático balinés de Pedro y Begoña disfrazados de engreimiento, vanidad y falta de respeto (el uno con camisa ratonera y la otra de amarillo “rechamante” dizque homenaje ucraniano) nos abochornó.
Curiosamente, el mismo país, Ucrania, a cuyos representantes los socios de su marido (comunistas, separatistas y filoetarras) se negaron recibir esta semana en el Congreso de los diputados…
Pero, tras ese bochornoso espectáculo de la parejita que nos avergüenza en el mundo, nos encontramos su réplica en nuestra regidora local Pérez Quislant, una vez más, en un vídeo del Pozuelo de Tapas en el que, más que invitarnos a participar, avergüenza a todos los que entendemos que ética y estética siempre deben ir de la mano.
Y no hablamos aquí de gastarse la pasta tontamente ni de ir de boutique a la última (aunque con los sueldos que se llevan bien pudieran) sino de tener sentido común y algo de buen gusto… De tantos asesores a los que regalan nuestros dineros sería bueno que, al menos uno, supiese algo de estilo nos conformaríamos porque de la parte laboral, vistos los resultados de la legislatura que finaliza en mayo, poco podemos esperar.
Nos ahorraríamos ver la horterada pública que nos deparan algunas veces desde nuestro “convento” municipal:
Por un lado, por ejemplo, ver a nuestro famoso probador de marisco (El Tenazas de O’Grove) con su sempiterno botón suelto de la chaqueta. Tanto “rillar” le ha provocado un airbag abdominal…
Y, por otro, ver a nuestro portavoz socialista reclamando, vestido de leñador recién levantado, que el Centro de Salud de la Calle Emisora tenga abiertas las urgencias en un día de fiesta…
Sálvese, eso sí, nuestro “modernito” Damián que, no distinguiendo aún dónde está Pozuelo, tiene claro que los ojos son los que compran y por eso él va hecho un figurín con barba, aparentemente, descuidada.
Nunca mejor dicho aquello de que las apariencias engañan.
Luego les votamos y tenemos cuatro años para aguantarlos.
Aguantarlos, caminando hacia atrás. No hay más que ver como todos los municipios que nos rodean nos adelantan mientras nosotros, soportando que nuestros concejales vayan, de bolera en bolera, hasta que los muy horteras se marchen.
Dicen que no hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista (los cubanos llevan ya 63 sufriendo al comunismo) pero nosotros, en Pozuelo de Alarcón, llevamos 8 (aunque parece 28 ya que se nos están haciendo eternos) y lo malo es que se recordarán por tanto adoquín nuevo y parques abandonados, aunque siempre, eso sí, presumiendo de lo verde que somos cuando realmente somos sandías: Verdes por fuera y rojos por dentro en todo lo que se refiere al medio ambiente.
Qué tiempos aquellos en que las formas acompañaban al fondo y el respeto hacia el ciudadano…
Alejandre