El Fantasma de don Agustín, pese a que todo está en «modo standby” en el Ayto de Pozuelo esperando ver la dirección del viento, pone el acento en la aprobación del Presupuesto 2023

Es, sin duda, una palabreja extraña a nuestra lengua.
A mí, que reconozco que estoy un poco “chapado a la antigua” me cuesta aceptar términos importados de otros idiomas. Y más cuando, como lo es en esta ocasión, lo es del inglés. Pero, en esta ocasión, creo que resulta muy apropiada.
Y es que, ahora en este viejo convento, todo pareciera como si estuviese en modo “standby”.
Sí, ya se que hubiese podido decir que se encuentra “a la espera”, pero creo que la palabra inglesa resulta más gráfica y, además, es muy utilizada por todos aquellos que dan consejos sobre la forma y manera de ahorrar energía.
Como ya les decía el otro día, estamos metidos de lleno en periodo preelectoral y quién más y quién menos está pensando, no en los problemas de gestión actuales, sino en su situación personal después del próximo mes de mayo.
Son cosas que traen causa del hecho de que, para una gran mayoría, dedicarse a eso de la política no deja de ser un modo de tener un puesto de trabajo.
Y como las cosas se deciden desde “arriba”, es cuestión de quedarse quieto, sin hacer nada, no sea que al final se meta la pata y se quede uno fuera de juego. Es mejor ser precavido, esperar a ver por donde sopla el viento, para inmediatamente desplegar las velas oportunas.
Una maniobra mal hecha, o realizada antes de tiempo, puede que le conduzca a uno a no llegar al puerto o a hacerlo en un puerto equivocado.
¡Y eso, puede resultar muy duro!
El caso es que, aunque pueda parecer lo contrario, uno se termina encariñando con la gente que va pasando por aquí. Es verdad que con unos más que con otros, por aquello de la incompatibilidad de caracteres. Pero al final, me preocupo por todos. Desde lejos, los veo sufrir mientras esperan y me entristece observar su angustia, su desasosiego.
¡A ver si el trance se les hace corto!
Menos mal que, para entretenerles mientras tanto, queda el trámite de la aprobación del presupuesto del próximo año. Un presupuesto que, de entrada, no va a poder ser gestionado en su mayor parte por el equipo de gobierno actual.
De momento, la duda está en saber si finalmente será apoyado por algún grupo más, aparte del grupo que gobierna. El momento prelectoral lo complica todo y las decisiones que se toman tienen una mayor carga política.
En esta ocasión, el sentido del voto tiene mucha importancia.
Incluso hasta la posible abstención.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”