El Fantasma de don Agustín cree que los concejales de Gobierno cobran poco para lo que aguantan a la alcaldesa y los de Oposición por sufrir cada día la inutilidad de su trabajo

No termino de entender el lío que se ha armado por esto de las retribuciones de nuestros actuales ediles. Es cierto, no voy a ser yo quien lo niegue, que no es ya que sean pingües, sino que son lo siguiente.
Si, ya sé qué en pocos puestos de trabajo, por no decir qué en ninguno, nuestros representantes alcanzarían a conseguir sueldos semejantes. Qué, a simple vista, pueden parecer escandalosos, sobre todo si se tiene en cuenta el esfuerzo que realizan para conseguirlos. Qué distan mucho de ser proporcionales a los objetivos alcanzados.
Como tampoco puedo negar que resultan sorprendentes si se tiene en cuenta la trayectoria laboral de cada uno de ellos, la experiencia acumulada anterior a ocupar el cargo y la formación y preparación que tienen cada uno de ellos.
Nada de eso puede ser negado.
Pero pese a ello, yo, ¡qué quieren que les diga!, me siento muy complacido con que nuestros ediles cobren esos desmesurados sueldos.
Si, ya sé que no resulta fácil de explicar, y que alguno de los que me leen van a poner el grito en el cielo con esto que les digo, pero voy a intentar aclararlo.
Yo creo que les pagan lo que les pagan por aquello de los riesgos que corren en su trabajo.
Piensen por un momento en la situación a la que deben enfrentarse cada mañana los miembros del equipo de gobierno. Nada más verse reflejados en el espejo de su cuarto de baño, en lo primero que pensarán es sí van a ser llamados al despacho de la alcaldesa. Y, si eso es así, en cómo va a ser el recibimiento que van a tener y lo que allí les espera, porque una vez que se traspasa el umbral de ese despacho todo puede ser posible.
No me digan si ese sinvivir diario al que se enfrentan, y que deben soportar estoicamente, no debe ser convenientemente retribuido. ¡Demasiado bajo es el sueldo que cobran!
Y si bajo es el sueldo de los concejales del equipo de gobierno, infinitamente bajo es el sueldo de la primera edil. Imagínense el suplicio que debe ser coordinar a “sus concejales”. El tener que ser ELLA la que se ocupe de todo, suplir sus carencias y el tener que tapar todos los líos que la organizan. Estar en todo y además tener que aguantar las críticas a su labor. Críticas, claro es, que no tienen ninguna base y están, como no, totalmente equivocadas y no hacen sino atacarla personalmente
No me digan si esa constante angustia que se ve obligada a soportar, no debe ser, sin duda, bien recompensada.
No, no crean que me olvido de los concejales de la oposición. De la oposición o de la “no oposición”, porque a estas alturas de la película uno ya no sabe cómo clasificarlos.
Todos ellos son los que, en comparación, están peor retribuidos. Son los que, sin ningún género de duda, más sufren de toda la corporación.
Sufren todos los días, porque, aunque tarde, han terminado por caer en la cuenta de para lo poco que sirve su trabajo. Porque, pese a que sus propuestas puedan ser útiles a Pozuelo, nunca van a ser tenidas en cuenta salvo que puedan ser aprovechadas, en beneficio propio, por el equipo de gobierno. Y ese sufrimiento y esa desazón hay que pagarla.
Lo dicho, todos, por unas u otras razones cobran poco.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”