Con un par: Pedro Sánchez y Meritxell Batet piden el cumplimiento de la Constitución de 1978 cuando han sido los primeros en conculcar los principios básicos en que se sustenta
Estoy indignado. Tras oír al Presidente del Gobierno de España y a la Presidenta de Las Cortes Española en el acto conmemorativo de los 43 aniversario de la Constitución Española. Y, como sé que mi indignación no sirve para nada, me pongo a escribir estas líneas a vuela pluma para encauzar esa indignación y dejar, al menos, mi protesta por escrito.
Empezaré diciendo que me pareció exagerado que Santiago Abascal augurase que dicho acto conmemorativo de la Constitución Española sería un espectáculo cómico… Al menos, mantendrían las formas. Qué va…
El espectáculo ha sido peor. Una burla. Incluso, una humillación para los españoles que creemos que la Constitución de 1978 es lo mejor que nos ha pasado en los últimos dos siglos de la Historia de España.
Era una locura pensar que ni siquiera se guardaría el más mínimo decoro político. Pero Pedro Sánchez ya no respeta nada y de él se puede esperar cualquier cosa. Y Meritxell Batet (mi Meritxell que diría el gran Santiago González) ni siquiera ha mostrado la dignidad que conlleva y exige tan alta instancia del Estado. Es más, en su sectaria y habitual línea, se ha permitido el lujo de llamar la atención a los que no obedecen a Sánchez y, hasta ahora, están demostrando que la respetan esa pisoteada Constitución.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, en un alarde de impudicia, ha pedido cumplir de la ‘pe a la pa’ la Constitución y la presidenta del Congreso Meritxell Batet ha exigido, a su vez, lealtad a dicha Constitución. Por supuesto, a ninguno de los dos se les ocurrió pedir, de paso, perdón por habérsela saltado sin pudor:
El presidente en dos dictatoriales estados de alarmas.
La presidenta en un cierre impúdico del Congreso para que no se pudiera pedir cuentas a quien la puso en ese prestigioso (ya menos) lugar.
¿Cómo se puede pedir, además, el cumplimiento de la Constitución cuando, como todo el mundo sabe, que los socios del Gobierno de España son los Podemos, ERC, PNV y Bildu que la desprecian y la violan constantemente?
Pero hay más, ¿cómo se puede pedir que se cumpla la Constitución cuando Sánchez ha premiado con indultos de los autores de un intento de Golpe de Estado (los Tejero catalanes del Siglo XXI), políticamente indecente, y solo para permanecer en el poder.
Y, encima, sin que se cumplieran las más elementales condiciones jurídicas para otorgar dichas medidas de gracia como el arrepentimiento, el interés general y la no reincidencia como lo denunció el Tribunal Supremo. Cada día que pasa se cree más dictadorzuelo.
¿Cómo se puede pedir, por otra parte, el cumplimiento de la Constitución cuando en Cataluña no se respeta la lengua española ni tampoco se obedecen las sentencias de los tribunales sobre el uso de la lengua oficial del Estado y sin que el Gobierno y la fiscalía obliguen cumplir esas sentencias constitucionales?
¿Cómo se puede pedir el cumplimiento de la Constitución con lo que ocurre en el País Vasco con Bildu, el partido amigo y cómplice del terrorismo de ETA, cuyos crímenes terroristas se niegan a condenar, mientras reciben toda clase de concesiones del Gobierno de Sánchez a cambio de su investidura o apoyos a los PGE?
Sánchez está pisoteando la Constitución Española y todo su espíritu. Incluso, ha roto el compromiso del propio PSOE con la Transición. Es un socialista deshonesto.
Pero lo que ya es intolerable es que tanto Sánchez como Batet, en este 43 aniversario, quieren darnos lecciones constitucionales como si fuesen gobernantes que garantizan la defensa y el cumplimiento de esa Constitución cuando lo único que han hecho es conculcar su espíritu y su letra.
No tienen perdón. Por indignos. Abascal se quedó corto.
El Capitán Possuelo