El alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida, que prometió derogar Madrid Central, aprueba una nueva ordenanza de Movilidad, curiosamente, más dura que la de Carmena
Hace sólo dos años José Luis Martínez-Almeida ganó las elecciones prometiendo que derogaría el plan estrella aprobado por Carmena que restringe la entrada de vehículos en el centro de la ciudad. “Con Almeida Madrid Central se acaba el 26 de mayo”, rezaba la cartelería electoral popular desplegada en las marquesinas de la capital de España.
Almeida iba a devolver el acceso libre al centro y ahora habrá más restricciones que antes.
Las cámaras de Madrid Central continúan activas, pero las multas están congeladas desde el pasado mayo, cuando el Tribunal Supremo decidió anular varios artículos del plan de la exalcaldesa Manuela Carmena por defectos de forma.
Cuatro meses después, el limbo jurídico en que se sumió la capital toca a su fin: el equipo de José Luis Martínez-Almeida aprobó ayer ‘in extremis’, en una Junta de Gobierno extraordinaria en pleno verano, la nueva ordenanza de Movilidad que sustituirá a su predecesora y los vehículos más contaminantes tienen los días contados.
La primera limitación, en vigor desde 2020, prohíbe el acceso de estos vehículos a la almendra central. Una vez la normativa obtenga el visto bueno del Pleno municipal, arrancarán las ZBE del distrito Centro y la nueva de Plaza Elíptica, uno de los puntos negros de emisiones contaminantes de España y donde se prevé borrar hasta 1.500 conductores en hora punta.
Estas restricciones se ampliarán cada año, hasta 2025, cuando ningún coche A podrá circular por la ciudad. A partir del 1 de enero de 2022, los vehículos sin etiqueta de fuera de Madrid no podrán desplazarse por la M-30; en 2023, tampoco los residentes en la urbe y, desde 2024, el municipio entero será inaccesible para los conductores no residentes. Ese año, el Gobierno de Martínez-Almeida pretende disminuir un 92,7 por ciento la presencia de los coches A, que en 2019, según los últimos datos disponibles de la DGT, sumaban 770.620 y suponían el 18 por ciento de los recorridos. La meta es lograr un trasvase al transporte público, unos 92.000 desplazamientos más.
Tarifa variable del SER y plazas de alta rotación
La luz verde a la ordenanza establecerá una nueva tarifa dinámica del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), cuya tasa a pagar dependerá de la contaminación y variará en función de los niveles de dióxido de nitrógeno. El precio se determinará mediante una ordenanza fiscal. Otros dos artículos del documento crean las reservas de carga y descarga para reducir las emisiones de la logística urbana. Mediante un sistema de gestión inteligente los distribuidores podrán utilizar un registro automatizado y durante un tiempo máximo de 30 minutos.
El texto contempla también la ampliación del SER a otros 20 barrios de Madrid, bajo demanda vecinal, y el nacimiento de una nueva plaza de estacionamiento. Más allá de las verdes y azules, el Consistorio creará unas blancas y azules de alta rotación, donde se podrá aparcar durante 45 minutos. El Área de Medio Ambiente y Movilidad trabajará para determinar los puntos de la ciudad adecuados, donde es necesario reducir la presión, por ejemplo, junto a centros sanitarios, educativos y centros comerciales.
Restricciones en la almendra central
El documento mantiene las restricciones en el corazón de la capital que impuso Madrid Central. El distrito se configura como una Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEEP) y prohibirá el acceso a los vehículos A. Sin embargo, la nueva ordenanza incluye la reivindicación de los 15.000 comerciantes de la zona, que se beneficiarán de las mismas condiciones que los residentes, salvo que conduzcan coches sin etiqueta. Además, se extiende una hora más el acceso de las motos, hasta las 22 horas, y se autoriza el paso de vehículos que trasladen alumnos de los centros educativos de lunes a viernes entre las 7 y las 20 horas.
Vía libre a bicicletas, patinetes y otros VMP
Dos de los cambios introducidos tras revisar las casi 8.000 alegaciones atañen a bicicletas y patinetes. Cerca de 40 correspondían a varios particulares y a las asociaciones Pedalibre, Madrid Ciclista, Asociación de Ciclistas Profesionales y Greenpeace que instaban a eliminar la restricción de circular por túneles. El Consistorio abre la mano (salvo prohibición expresa), siempre que porten la iluminación delantera y trasera homologada. Los patinetes, por su parte, tendrán vía libre en los carriles multimodales, aquellos con velocidad limitada a 30 kilómetros por hora o inferior.
La ordenanza permite que otros VMP (Vehículos de Movilidad Particular) transiten por estos carriles y regula la distancia de seguridad que deben mantener los vehículos de motor con ellos, como guardar 5 metros detrás de ellos y cambiar de carril para adelantarlos. El casco será obligatorio en los carriles multimodales y para todos los ciclistas menores de 18 años, además de para los ‘riders’, independientemente de su edad.
Los vecinos recuperan sus aceras
Las quejas vecinales por la proliferación de bicicletas y patinetes en sus aceras se han trasladado a las alegaciones. El nuevo documento modifica el artículo 48 para ordenar el espacio público y garantizar el paso de los peatones e impide que bicicletas, VMP, ciclos, motos y vehículos de dos o tres ruedas estacionen en la acera fuera de las estaciones fijas y los espacios reservados y señalizados.
También incorpora la prohibición de que aparquen en el ámbito peatonal de las paradas de transporte público, en las reservas para los vehículos de personas con movilidad reducida y en las zonas de acceso peatonal a contenedores de recogida de residuos.