¿Por qué los candidatos municipales de Pozuelo huyen de nuestra villa, más allá del color político que representen?¿Qué esconde la Casa Rosada para que se vaya todo el que pueda?
Mientras Expaña sigue con prisas y sin pausa su camino hacia el totalitarismo bolivariano-castrista, caracterizado por la ausencia de valores y pleno de carga ideológica comunista, con un presidente en Nueva York recibido por una TV de barrio y nuestra ministra ferrolana mentando la madre “matria” como elixir frente a los problemas y así obviar la realidad del paro, recesión industrial, quinta o sexta ola covidiana-china con más de 140.000 muertos en las alforjas, apartándonos de la ley de Seguridad Ciudadana y, en el recuerdo al leonés pucelano (hoy seguidista de Maduro), la ley de (des) Memoria Democrática (¿prohibirán también el apellido Franco…?).
Mientras todo lo anterior se junta con los que siguen moviendo el árbol de la disensión para procurar dineros y subvenciones y proseguir en su camino de la fragmentación social y peninsular, en Pozuelo, nuestros líderes políticos se siguen yendo, abandonando la Casa Consistorial y su “contrato” con los ciudadanos, que los eligieron. Todos con la disculpa de un bien mayor ante, lógicamente, una ciudad menor. Cuál es la nuestra.
La gran iniciadora de huidas y crecimiento fue Paloma Adrados, apenas vio la oportunidad de la Asamblea, obvió nuestra Plaza Mayor con su Casa Rosada y se fue corriendo a presidir la Asamblea madrileña. Se vio obligada diría y en el cambio nos dejó a Quislant que Dios la guarde y, muchos años, pero lejos de nuestra villa.
Se nos fue después Perpinyà – “legalmente” – camino, también, de la Asamblea y finalmente encontró la horma de su zapato en la “sorprendente” médica y madre hoy lideresa madrileña de MAS MADRID que nos sigue dando días de gloria ideológica, que lo invitó a dejar escaño y coportavocía, para pasar al retiro del Senado.
(No tenemos constancia, tras su salida de nuestro municipio, de acción alguna que nos congratule con lo aquí mostrado, pero, ante las garras del partido volverse gentil o agresivo es un deber según las necesidades del mismo).
La salida de Aizcorbe, el hombre que quería soterrar la Estación ferroviaria, desatando las carcajadas de sus otrora socios peperos y, según el día, acérrimos enfrentados, como diputado por Barcelona (¡manda güevos!) una vez asimilado que la alcaldía era cosa azul, vuelve a mostrarnos que las promesas electorales son como las olas… unas vienen y otras van, pero ni son iguales, ni se cumplen, añado yo.
(No se sabe de ninguna actividad suya en la Carrera de San Jerónimo que pueda beneficiar a ciudadano alguno, incluyendo a sus propios “feligreses”).
Y también llegó el turno para Unai, castigado y ofendido – políticamente hablando – por una cacicada que lo hacía casi ajeno al (des)gobierno municipal azulón y que mostraba el respeto de Susana hacia los ciudadanos que no votan a sus siglas – no puedo pensar que fuera de las mismas, si se hubiese presentado, hubiese alcanzado más votos que los de su familia -.
Unai ha estado luchando en el desierto municipal con total desamparo de una oposición cobarde (VOX, C’S y PSOE) que permitió su “ejecución” en representación de los ciudadanos de Pozuelo y que solo justifican, tal desvarío democrático, los ingresos que Susana and Team les posibilitan cada mes, para escarnio ciudadano, bochorno de los afectados y regocijo Quislantiano.
Me temo, respetado Unai, aunque a la vez tan alejado en cuanto a convicciones, que tu salto al Senado de “apoyo” a tu antiguo líder local, acabará siendo lo que se traslada para todos más allá del color representado y de la ideología defendida: un salto en la “profesión política”. Y, visto el éxito económico que está teniendo para tantos, no digo yo que esté mal, ni que sea inapropiado, pero qué menos que haber esperado al final de la legislatura, defendiendo principios y credos; convicción en una palabra y, por supuesto, compromiso con los votantes y el resto de ciudadanos que vimos una oportunidad a pesar de las diferencias.
Te vas a la cámara alta que no ha sido capaz, en tantos años de existencia, de mostrarnos a los expañoles el porqué de su existencia, más allá de sueldos, prebendas y piscina.
Unai, que el viento te sea favorable y que los intereses del partido no nublen tu bonhomía y buen juicio, aunque la experiencia nos muestra – Cayetana incluida – que los mismos no hacen prisioneros: solo quieren seguidistas y entregados.
Es tu decisión, podrá ser tu futuro.
Alejandre