El socavón de la Plaza del Padre Vallet no encuentra padrino. ¿A quién se lo achacará Susana Pérez Quislant? ¿Al Área de Servicios a la Ciudad o al Área de Servicios al Ciudadano?

Muchos de Vds. recordarán el hundimiento del Carmelo – Barcelona – y cómo tras venirse abajo el popular barrio barcelonés, los medios locales catalanes destacaban el incendio del edifico Windsor en nuestra capital en un intento de desviar la atención de las más de mil trescientas familias que se habían quedado sin hogar en la capital catalana.
Señalaban con un dedo, el espectacular rugido de las llamas a más de seiscientos kilómetros, obviando los tres que hacia ellos apuntaban fruto de la ineptitud y el “ombliguismo” propio de las huestes Pujolianas y sus colegas Maragallistas.
En nuestra Plaza del Padre Vallet, mucho más humildes las huestes peperas locales, se nos vino abajo un pedazo de la misma que, ¿casualmente?, esta “marcado” por las cuatro columnas que sujetan esos extraños parasoles que querrían dar frescura a la misma y bajo los cuáles, cuando calienta Lorenzo, nadie es de suyo para ponerse debajo.
Me sorprendió que la noticia, anecdótica, por cuándo ha surgido y, de alto riesgo, si hubiese acontecido en los distintos actos multitudinarios que en la misma se celebran, no la hubiesen recogido los periódicos de “cabecera” del PP local: ABC y/o La RAZÓN siempre tan próximos a las bondades de nuestra Alcaldesa local, aunque imagino que sus redactores locales, para no ahuyentar esos diezmos que puntualmente reciben de la misma, no la consideraran destacable, a expensas que tras ese socavón puedan surgir otros; pasando de anécdota a suceso.
Esperamos con expectación la respuesta al incidente acaecido y la confirmación del buen estado del resto de la Plaza y con más interés, si cabe, saber qué harán los Oposiamigos de VOX, C’S y PSOE para esclarecer lo ocurrido y reclamar – si procede – a la empresa constructora de la misma o a los responsables del socavón producido.
Seguramente, nuestra alcaldesa en minoría, acabará señalando en alguna dirección, improbable de comprobar y, tras la obra de recuperación de lo sucedido, seguirá gobernando en su Edén particular, esperando llegue el día que su mentor Teodoro, el “lanzador de aceitunas”, la proyecte hacia otros quehaceres más ilustres con sus formas y costumbres liberando a Pozuelo de su dedo “divino”.
¿A quién le echará la culpa de la desidia? ¿Al Área de Servicios a la Ciudad o al Área de Servicios al Ciudadano?
Puede parecer lo mismo pero no es igual. La primera es de Paquito Melgarejo y la segunda es de Pablo Gil.
Apuesten.
Alejandre