Casado, en lugar de convocar la refundación del PP como gran medida correctora de su errática política, le echa la culpa de su fracaso en Cataluña al edificio de la calle Génova. Inaudito
Estimado director, aquí le envío unas letras comentándole lo que ya sabía de Pablo Casado pero que me resistía a admitir hasta ayer mismo…
Y es que Pablo Casado está perdido. Definitivamente, es un bluf. No vale para nada. Es un político desilusión y eso que parecía la gran esperanza blanca del PP. El nuevo político en el que confiábamos para que el PP volviese a ser el gran partido político de la derecha española.
Ahora, tras las humillantes decepciones en el País Vasco y en Cataluña y, cuando esperábamos un nuevo impulso admitiendo las derrota y diciendo que se analizarían los errores, Pablo Casado sale y dice que van a persistir en esos errores y que la culpa de su fracaso la tiene la mítica sede de la calle Génova, 13, y que por eso se va de ella. Con el agravante de decir, además, que reconoce que hay problemas judiciales con las reformas que se hicieron…
En lugar de defender el pasado, reniega de él. Jamás vi nada igual.
Aun así, si reniega del pasado del PP y quiere ocupar el puesto de Ciudadanos en ese extraño centro político, lo que debería hacer es convocar un Congreso Extraordinario para refundar el partido… Porque esa línea política que lleva no es por la que asumió la presidencia del PP y, desde luego, a mí no me gusta nada…
Pablo Casado me ha defraudado. Tenía todas las esperanzas depositadas en él. Y ahora le echa la culpa a Bárcenas cuando es algo que ya está amortizado para los votantes. Mírate tu deriva ideológica, anda, que lo mismo ahí encuentras tus problemas.
El fracaso catalán no tiene parangón y no hagas como esos compañeros de viaje que te has buscado echándole la culpa a los que no han querido ir a votar. No han ido a votar porque no les has ilusionado…
Pablo Casado no ha pensado que ha vuelto a fallar su estrategia. Una estrategia errática que, al final, los votantes no sabían si votaban al PP o a Ciudadanos.
Yo tampoco hubiera votado.
Pero diré más, nunca entendí por qué abandonó la batalla ideológica y cultural. Nunca entendí por qué insultó a Abascal en la moción de censura de Vox. Nunca entendí porque insulta a los simpatizantes de Vox si ese partido sostiene el Gobierno del PP en tres Comunidades autónomas. Nunca he entendido por qué Casado ha hecho una campaña en Cataluña pidiendo perdón a los separatistas. ¡Y atacando a las Fuerzas de Orden… O, al menos, dudando de ellas.
No eres nada, Pablo. Un líder de plastilina. Incapaz de liderar el constitucionalismo que tanto necesita España en estos momentos.
Creo que este señor, en poco tiempo, no será siquiera el líder del PP. Le falta coraje.
No volverás a tener mi voto… Que te voten los arribistas de Ciudadanos…
Pepero Pozuelero