Cuando el “lechero” que llama no es uno de los nuestros: Pozuelo cada día más cerca de la Caracas de Maduro, gracias a la desidia de Quislant y a tuits de algunos Policías Locales

Recordaba en este nuestro diario, apenas hace unas fechas, que cuando la vocación es superada por el interés -económico- en las fuerzas y cuerpos de seguridad, la ciudadanía acaba teniendo más estado policial que servicios de protección ciudadana.
Nada nuevo bajo el sol en las dictaduras comunistas socios, por cierto, de nuestro gobierno expañol. Pero no podíamos imaginar que situaciones rayanas a la coacción y al abuso de poder pudiesen acontecer en nuestra villa con algunos, dizque servidores de nuestra policía local.
Los tuits amenazantes hacia nuestro director, por alguno de sus miembros, reconsiderados y borrados (tras ser hechos públicos) hacia un tono de broma y de “buen rollito” y que en “ningún momento” quisieron ser de amenaza o coacción (no está mal hacer pública su dirección y la marca de su coche), nos hacer retroceder no sé si al Berlín de los cristales rotos o al Barcelona de los nacionalistas excluyentes hacia todo lo expañol.
Se sentían, parece ser, enfadados por distintos comentarios vertidos en nuestro diario por compañeros suyos y sin pensarlo dos veces se echaron al monte, ajenos a las “formas naturales” de actuar y reclamar y, por supuesto, sin haber querido utilizar este mismo medio para exponer “su verdad” y/o el equívoco que, en el mismo, se hubiese trasladado a la opinión pública, como les fue ofrecido desde el primer momento a alguno de sus líderes sindicales.
En libertad, la palabra es un bien sagrado y el uso adecuado de la misma, razón de su supervivencia.
Sin duda hay un culpable de todo que se llama Susana y otro añadido que se llama Pablo. Alcaldesa y concejal de seguridad son los responsables directos, del “dolce far niente” de la misma, pero claro, empezaron por traer una intendente amiga, ya defenestrada, y ahora andarán buscando a alguien más bizcochable, que tendrá que serlo mucho, visto los pasteles que va a tener que tragar.
Pero hay más. Que Pablo Gil, el concejal de seguridad, ni se haya puesto en contacto con el Capitán, demuestra su “altura” personal, la política es como el valor en la mili solo se le supone. Que no haya procurado una investigación interna para conocer el alcance de lo trasladado en nuestro medio, muestra lo tenebroso que debe ser entrar en ese mundillo tan azul y tan delicado.
Peor excusa, tienen, los líderes de la Oposición (excepción hecha en la persona del Sr. Bascuñana) y de la Sociedad Civil pozueleña obviando lo publicado y pensando que no va con ellos. Con su actitud muestran lo peor de una sociedad lanar y adormecida y enseñan a la ciudadanía que el futuro que ellos le pueden traer dista mucho del ineficaz e inexistente a través de la dupla PP-VOX. ¿O acaso piensan que si se abstienen los van a tratar con prebendas?
Todo empezó con los sueldos al inicio de la legislatura, bien sabía Susana que dineros son amores y no buenas razones y de aquellos polvos estos barros.
Para todos ellos: Gobierno, Oposiamigos, funcionarios, miembros del cuerpo de policía local, ciudadanos de Pozuelo de Alarcón…, pero muy especialmente para los que se dicen defensores de los derechos de los ciudadanos y que se les llena la boca con Libertad, Igualdad, Fraternidad y aún no han dicho una palabra de aliento y estímulo, de apoyo y confraternidad. Que no duden que también irán, llegado el momento, a por ellos. No tienen más que mirar a su alrededor y ver lo que acontece en nuestra Expaña de cada día:
«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada»
Martin Niemöller» (Memorial del Holocausto de Nueva Inglaterra)
Alejandre