El Fantasma de don Agustín critica la falacia de la rebaja del IBI y piensa que mejor que ese engañabobos hubiera sido que la alcaldesa y los concejales de Pozuelo se bajasen el sueldo
ELLA lo ha vuelto a decir. Ya he perdido la cuenta de las veces que lo ha repetido. Es como un mantra.
Me estoy refiriendo a esa conocida frase de “que el dinero, donde mejor está, es en el bolsillo de los ciudadanos”.
Esta vez, el motivo para la repetición de la frase era el anuncio de la reducción en un 0,025 por ciento del tipo impositivo de IBI. En la votación, los concejales populares no se encontraron solos. Corrieron prestos a sumarse a ellos, los de Ciudadanos y los de Vox.
Conseguida de facto la mayoría absoluta. Una amplia mayoría absoluta. Esa que no le dieron las urnas. Esa que no le quisieron dar los vecinos.
Únicamente se opusieron los cuatro concejales socialistas y el de Somos Pozuelo.
¡No sé en que estarían pensando esos cinco para no apoyar la medida!
No lo sé a ciencia cierta, pero me lo malicio.
Tal vez pasó por su cabeza que la disminución del impuesto que se iba a aprobar, a quienes más beneficia, sin duda, es a aquellos que más tienen. A aquellos cuyas propiedades inmobiliarias tienen un mayor valor catastral.
Por eso, y para ajustarse más a la verdad, ELLA debería haber dicho esta vez: “que el dinero, donde mejor está, es en el bolsillo de aquellos ciudadanos que menos lo necesitan”.
A lo mejor también debieron pensar que la disminución de ingresos, que para las arcas municipales supone la medida, iba a detraerse de los gastos sociales. Es decir, aquellos que están destinados a quienes más necesidades tienen.
Uno, en su ingenuidad, pensaba que los impuestos tenían una finalidad redistributiva de las rentas. Pero ya digo que uno es muy ingenuo.
Aunque a lo mejor me equivoco, y esa disminución de ingresos a lo que va a conducir es a que haya un menor gasto en inversiones. Esa inversión pública que se necesita como agua de mayo en estos tiempos de recesión económica.
Pero ya digo, que todo esto que les cuento, no son más que elucubraciones de un viejo fantasma que se reconoce fuera de este tiempo y de esta política.
Una cosa sí que me hubiera gustado oír, pero no la escuché. No la dijo nadie.
Hubiera dado saltos de contento, si en la votación de ese punto se hubiese añadido que la merma de los ingresos se iba a compensar con una bajada en los gastos correspondientes al capítulo destinado a pagar los sueldos de la alcaldesa y de los concejales.
Pero ya digo, que esto no lo oí.
Tal vez, porque todo lo que piensan en realidad es que el dinero de los ciudadanos, allí donde mejor está, es en el bolsillo de los cargos públicos.
Don Agustín “El Fantasma del Torreón”