Yo, para ser feliz, quiero un camión…, anda, como Quislant. La alcaldesa de Pozuelo para ponerse en camino del Congreso de los Diputados ya monta en un camión de la basura
El mayor problema de nuestra clase política expañola, en general, no es que sean creídos, soberbios, vanidosos, petulantes y que fuera de ellos solo exista el caos. Para nada, el mayor y más importante de los problemas que nos trasladan a la ciudadanía es el de querer convertirse, todos y cada uno de ellos, en referentes morales y éticos, obviando lo que sobre los mismos anticipo, tan acertadamente, Schopenhauer:
“Predicar moral es cosa fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica”
A partir de aquí, escojan político de turno, orienten a derecha, izquierda, centro, arriba o abajo y, con honrosísimas excepciones, deléitense con los ejemplos desde el gobierno social-comunista actual, hasta el de nuestra más modesta y próxima villa.
En todos hay un nexo de unión común; una vez pisada la moqueta y comprobada la suavidad bajo los pies, nadie está dispuesto a ceder ocasión y rango, salvo que el voto ciudadano te obligue a marcharte, como a la coalición socia del Virrey de Galapagar en Galicia.
Aquello de que a la fuerza ahorcan.
Revueltos todos en este retorno estival, sin saber qué pasará con los niños y sus clases, las empresas y sus empleados, los autónomos y sus negocios y si el virus de Wuhan, nos dará o no una tregua hasta la llegada salvadora de una vacuna, que postre a la pandemia, no podemos obviar que necesitamos seguir luchando y procurando los mejores medios para protegernos y seguir con la vida – higiene, distancia y mascarilla, de por medio -.
Pero mientras el ciudadano no sabe qué podrá pasarle, nuestra clase política prosigue con lo suyo que no es ni más ni menos que seguir progresando en su partido, única garantía de seguir disfrutando de prebendas y sueldos, porque esto del trabajo, además de tener que ir todos los días, está lleno de “trampas” y entre ERTES y demás, no estamos para coger riesgos y quedarnos en el paro.
Y en Pozuelo de Alarcón, mientras los parques están abandonados – y venga con la matraca del medio ambiente -; la seguridad ciudadana empeora en cada registro de Interior; suben los casos de Covid19; se siguen sin frenar los botellones – paséense por los distintos parques de la villa en horario vespertino, para comprobar qué líquido elemento prefieren los que los utilizan como “abrevadero festivo” -; no se atrae a nuevas empresas y, para disgusto de la alcaldesa, nuestros vecinos de Boadilla y colega de partido le ponen peros ambientales al soterramiento de la M-503, Susana, siempre Susana, presume de copiloto de camión verde municipal de la basura.
Instintivamente busqué su reloj (la foto no daba para tanto) y recordé al héroe de Castilla y La Mancha, José Bono, que tenía a bien cada vez que se “juntaba” con el pueblo, votos a fin de cuentas, regalar su reloj como muestra de proximidad y de que somos un equipo…
No sé cuántos relojes podría regalar Susana: a los que les entregó mascarillas, sin duda; cuando las paellas populares, qué buen momento, comida y hora; a los internacionales pilotos, ahora con parque cerrado, nobleza obliga, aunque tendrían muchos; a las Asociaciones amigas, para que lleguen a punto a todos sus eventos; por supuesto a las necesarias peñas, sin ellas, ni fiestas, ni festejos; qué decir de las residencias de la tercera edad, de obviadas a próximas; y por supuesto a los Oposi-Amigos, a ellos para cuando lo miren recuerden quién les traslada nómina y emolumentos.
La ciudad hecha unos zorros y, lo mejor de todo, dicen que se va, que está en plena campaña para alzar el vuelo y sobrevolar en las proximidades del Palace, con los leones.
Sin duda será posible, porque en la antítesis de Cayetana, los partidos necesitan seguidistas, ya sean del PP, PSOE, PODEMOS o Nacionalistas, gente que cabecee como nadie e inclinando la cerviz nos lleve de tragedia en tragedia hasta la ruina final, aunque a ellos nunca les falte de ná.
Le deseamos un buen viaje a la zona noble del partido, aunque dudo, visto lo realizado en Pozuelo, que ella pueda ayudar a conducir, como rezaba el texto de aquella canción de Perlita de Huelva, este país llamado Expaña.
Alejandre
Les propongo un ejercicio.
Visualicen el vídeo autopublicitario que ha subido ELLA a sus redes sociales sobre la desinfección y cuenten cuantas escenas y planos hay, luego cuenten en cuantos aparece ella.
Obviamente lo importante no es que los profesionales de limpieza desinfecten las calles, lo importante es que ella salga en plano.
Eso solo demuestra el nivel moral y de prioridades que tiene esta mujer.
Egocentrismo puro y duro, y les recuerdo que a los egocéntricos, solo les importa el “yo, yo y yo”.
De políticos así no esperen que miren por los demás.
Muchas gracias por su participación. LO haremos. Saludos